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La Azaft busca mecenas para la Baldwin I

La Asociación de Amigos del Ferrocarril y el Tranvía (www.azaft.org) ha emprendido una campaña de mecenazgo para obtener financiación que les permita restaurar y poner en marcha una locomotora de vapor Baldwin de 1920, que, en función de la recaudación, podría enganchar coches ferroviarios para hacer trayectos con pasajeros. Esta locomotora (la de las películas del Oeste) está fabricada en Estados Unidos, y es el mismo modelo que aparece en la célebre cinta ‘Regreso al futuro’.

El presidente de la Azaft, Carlos Abadías, ha explicado que esta campaña de recaudación se realiza por Internet, en la dirección web ‘www.baldwin.es‘ y hasta la fecha cuentan con 15.000 euros, pero necesitan, al menos, 20.000, para restaurarla y ponerla en marcha; y el doble, hasta 40.000 euros, para enganchar coches ferroviarios que permita a los ciudadanos sentir la experiencia de cómo se viajaba hace más de un siglo. Abadías ha contado que esta locomotora se encuentra en una nave aneja a la estación del barrio rural zaragozano de Casetas. Con la menor cuantía -20.000 euros- se podría hacer un trazado lineal de cien metros para ver como los maquinistas hacen funcionar la Baldwin I. No obstante, la intención es poder alcanzar los 40.000 euros para superar unas medidas de seguridad, «como una ITV ferroviaria» que le autorice a enganchar coches ferroviarios.

La Locomotora, de rodaje 130, salió de los talleres de la firma estadounidense Baldwin Locomotive Works y fue adquirida por la empresa Agrícola Industrial Navarra para formar los trenes de mercancías que llegaban y salían de la Azucarera de Tudela. En el año 1951 fue vendida a la Sociedad Ibérica de Construcciones y Obras Públicas para trabajar en la construcción de la línea minera aragonesa que unía Andorra con Escatrón. Posteriormente, la locomotora pasó a ser propiedad de Endesa, prestando servicio hasta 1983. Dos años después la máquina llegó a la Azaft, una asociación sin ánimo de lucro que lleva más de 40 años trabajando por el patrimonio histórico ferroviario aragonés.

Tras una profunda restauración que se alargó dos años, la Baldwin I recuperó su funcionalidad en el año 1987. Protagonizó diversos viajes con trenes históricos e incluso participó en el rodaje de distintas películas. La locomotora estuvo en servicio hasta el año 1999. En una revisión se detectaron diversas averías que aconsejaron dejarla fuerza de servicio sin encender la caldera. Tras un largo periodo de inactividad, los socios de la Azaft han comenzado los trabajos de revisión y reparación de diversos elementos, lo que permitirá volver a ponerla en marcha con ayuda de un taller homologado, el cual realizará la adaptación de la máquina a los modernos sistemas de seguridad que facultarán a la Baldwin I circular por la red cumpliendo las normativas que rigen para la circulación de trenes históricos.

«Además de posibilitar la recuperación del patrimonio industrial de Aragón sería un reclamo turístico«, ha apostillado Carlos Abadías, quien ha recordado que la campaña de mecenazgo está dirigida tanto a particulares, como a ciudadanos involucrados en defender y potenciar el patrimonio y la historia del transporte», ha añadido, para recordar que las donaciones tienen desgravaciones fiscales. En caso de alcanzar la cifra máxima, se podría enganchar alguno de los ocho coches del «Tren Azul», una «joya ferroviaria» restaurada y conservada gracias a la labor de Azaft, que realizaba el trayecto Zaragoza-Canfranc en los años 40 del siglo XX. El convoy está restaurado, pero precisan de financiación para restaurar buena parte de la colección de 99 vehículos que tiene esta asociación. Los ingresos provienen de los viajes y de las acciones paralelas, pero el año 2020 con la pandemia lo ha paralizado todo.

La colección completa de la Asociación consta de 99 vehículos que están albergados en la nave próxima a la estación de Casetas, que será una de las tres sedes del futuro Museo del Ferrocarril. Las otras dos se ubicarán en Caminreal (Teruel) y en Canfranc (Huesca). En Caminreal, se podrán admirar unos 14 vehículos, en Canfranc 29 unidades y en Casetas el resto, unos 56 coches ferroviarios y locomotoras. Los trámites administrativos están «muy avanzados y los lidera el Gobierno de Aragón», ha indicado Carlos Abadías, para detallar que están licitadas las obras de rehabilitación en Caminreal, un edificio histórico de estilo racionalista del arquitecto madrileño Luis Gutiérrez Soto. Se financiará con el Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) y requerirá de unos tres años, ha calculado. La sede de Canfranc se ubicará aprovechando la rotonda de locomotoras, donde el pasado año «se han realizado los primeros movimientos para albergar las 29 joyas», ha subrayado. La tercera y última sede estará en Casetas la lidera el Ayuntamiento de Zaragoza y está a expensas de tener dotación presupuestaria, pero «están muy interesados y realizando gestiones con Adif para la cesión de suelos».

Abadías explica que entre las 99 piezas haya otros 15 vehículos restaurados. «La labor de 40 años de la asociación ha sido de recopilación y conservación y por eso existen y no se han perdido, pero para restaurarlas necesitamos que nos echen una mano para que puedan seguir funcionando», ha expuesto. La colección se centra en coches de viajeros y unas pocas locomotoras, que son vehículos de tracción de los siglos XIX y XX. Se focaliza en los coches de viajeros porque cuenta la historia de los coches Carde y Escoriaza, el nombre de la industria pesada del ferrocarril que en la actualidad es CAF, y se pretende dar a conocer como se viajaba en las distintas épocas y ver la evolución de este medio de transporte. Además, hay otra parte que se centra en la Compañía Internacional de Coches Cama, una empresa de origen belga que tenía el monopolio con sedes en todo el mundo y que regentó trenes míticos como el Orient Exprés o el Sur Expreso -que hacía el recorrido París-Lisboa pasando por el País Vasco-.

La asociación ha recuperado un tren de la ‘Belle Epoque’ como un coche de madera de teka, de los que solo hay 15 iguales en todo el mundo y fue fabricado en Zaragoza por Carde y Escoriaza. Como complemento, cuentan con coches imperiales utilizados por la Jefatura del Estado de España, cuando no había aviones y datan desde 1908 hasta finales de los años 60, ha explicado Abadías.

(Imagen cortesía de Ángel González Mir)

Se necesitan 31.000 euros para restaurar la réplica de la locomotora ‘Mataró’ ¿quieres aportar tú?

réplica-locomotora-mataró

Malos tiempos para la lírica. La crisis golpea duro y los fondos escasean. De ahí que se haya tenido que recurrir a la sociedad civil para recuperar una de las míticas joyas del patrimonio ferroviario español: la réplica de la ‘Mataró’. En algo menos de mes y medio se espera obtener 31.000 euros de aportaciones de particulares y empresas. La ‘Mataró’ fue llevada al taller por una fuga de agua en su autoclave. Pero una revisión más a fondo comprobó que tenía pérdidas significativas de espesor en las paredes de la caldera, lo que hace totalmente imposible su utilización con unas mínimas condiciones de seguridad. Justo cuando su presencia en la vía se hacía imprescindible para festejar el 165 aniversario del primer ferrocarril peninsular.

El coste total de la reparación para volver a circular con totales garantías es de 72.000 euros. Para hacer frente a esta intervención se ha previsto actuar en dos fases la primera de 41.000 y la segunda de 31.000 euros. Renfe se ocupa de sufragar los gastos iniciales y, el resto, se han confiado a la aportación de aficionados o empresas. El Grupo de Trabajo Permanente de Patrimonio Ferroviario ha iniciado una campaña de micromecenazgo para recaudar los fondos que permitan poner a esta mítica locomotora en la vía para la próxima primavera.

La verde y llamativa ‘Mataró’ se encuentra en los talleres de la Asociación para la Reconstrucción y Puesta en Servicio de Material Ferroviario Histórico (ARMF) en Lleida, pendiente de la financiación para repararse. Renfe quiere contribuir a esta recuperación con una primera aportación de 41.000 euros, la cual se regulará a través de un convenio específico con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, entidad que gestiona el Museo. En esta fase se reparará el autoclave y se cambiará el techo del hogar, lo que permitirá recuperar una parte significativa de la caldera y evitar el progresivo deterioro causado por la corrosión que se produce por el óxido existente, quedando pendiente la recuperación de los tubos dañados. Las operaciones de esta fase inicial se desarrollarían antes de acabar el 2013. El financiamiento de esta primera fase permitirá avanzar en el proceso de recuperación completo de la locomotora, pero no ponerla en funcionamiento.

Los 31.000 euros adicionales se dejan en manos del micromecenazgo. Hay una horquilla de aportaciones a partir de los quince euros. Cada uno de los tramos de aportación tendrá, además de la satisfacción de colaborar en este proyecto, una ‘recompensa’ que aportan las entidades del patrimonio cultural ferroviario de Cataluña y del resto de España, que pueden llegar a ser descuentos en billetes AVE para ciertos destinos, entradas gratis a museos patrimoniales, descuentos en el cremallera de Nuria, diplomas de reconocimiento…. Para empresas hay otra horquilla de aportaciones, a partir de los 250 euros, con reconocimientos de ese mecenazgo en líneas con los de los particulares. Verkami, entidad especializada en estas propuestas, ha abierto un periodo de cuarenta días, desde el 28 de octubre hasta el 7 de diciembre, para captar estos fondos.

En esta segunda fase patrocinada por la sociedad civil se contempla el cambio de tubos de la caldera, una revisión general y las pruebas de presión obligatorias según la legislación vigente. Esta intervención se haría el primer trimestre del 2014, lo que permitiría la circulación de la máquina de Lleida hasta Vilanova i la Geltrú el mes de mayo y su encendido periódico en las las instalaciones del Museo a partir de junio, así como su funcionamiento en próximas conmemoraciones.

El Grupo de Trabajo Permanente del Patrimonio del Ferrocarril cree necesaria esta vía de financiación para garantizar la recuperación completa de la mítica locomotora. Los promotores plantean el proyecto como una oportunidad de invitar a participar a la ciudadanía y de involucrarla con un gran proyecto colaborativo. Tampoco resulta tan extraña la iniciativa en el mundo ferroviario, donde la participación conjunta de organizaciones y particulares ha sido fundamental en la recuperación de bienes históricos. De hecho los orígenes patrimoniales del Museo de Vilanova se han de buscar en 1972 en una iniciativa de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Barcelona.

Los organizadores de esta iniciativa recuerdan que las primeras líneas nacieron en el siglo XIX gracias al empuje del tejido empresarial y al compromiso de la sociedad civil con el progreso del territorio. En esas mismas coordenadas quieren retomar el mismo espíritu emprendedor y creativo en la sociedad del siglo XXI, a la que le piden ayuda necesaria para salvaguardar un patrimonio único que es de todos como es la locomotora de vapor “Mataró”.

La potencia del proyecto es muy significativa. Está en peligro (¿y cuántas van ya?) la máquina de vapor más emblemática y significativa del país, réplica de la primera que circuló en la península entre Barcelona y Mataró. Este ejemplar único en España, fue construido por la Maquinista Terrestre y Marítima en los talleres de San Andrés de Barcelona con motivo de los actos del Centenario en 1948. Su custodia corresponde al Museo de Vilanova i la Geltrú y ha participado en la mayoría de conmemoraciones del mundo del tren. Durante más de diez años todos los primeros domingos de mes ha funcionado. La FFE, entidad pública que tutela el Museo, ha asumido las tres últimas reparaciones importantes de la locomotora del centenario, gracia a las cuales ha sido posible su operatividad desde el año 1997.

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