Una decisión firme y valiente. Máxime en estos tiempos de crisis. El tren minero de Samuño tiene ya fecha para su puesta de largo. El Ayuntamiento de Langreo no alterará sus planes a pesar de la renuncia de Feve a participar en la gestión del proyecto. La alcaldesa, María Fernández, pretende abrir la instalación al público «a primeros del año que viene», aunque no concretó si lo hará en solitario, fijará una concesión o tratará de captar socios interesados en colaborar con el proyecto. «Estamos valorando distintas opciones», apostilló. La oposición ya ha dejado claro que el tren minero debe autofinanciarse y no suponer un coste añadido para las arcas municipales. La ejecución de la instalación ha tenido un coste de 6,5 millones de euros financiado con cargo a las partidas de los fondos mineros.
Feve se ha apeado del proyecto,pese a que su concuso parecía seguro. La operadora de vía métrica ha comunicado al Consistorio que se desliga del plan del ecomuseo. No puede asumir nuevos compromisos cuando se le exige una férrea política de contención en el gasto y con su inminente integración en Renfe y Adif. El Ayuntamiento no espera ningún cambio en la decisión de la operadora métrica. «Ya intuíamos que con la incorporación de Feve en Renfe iba a ser complicado que la compañía continuara con el proyecto del ecomuseo. Y así nos lo han traslado la semana pasada», expresó la regidora langreana.
«Desde el Ayuntamiento estamos ultimando ya la puesta en marcha del proyecto. Estamos echando nuestros números y estudiando la forma en que vamos a hacerlo, pero está bastante avanzado. Pretendemos estar en disposición de ponerlo en marcha a primeros del año que viene», remarcó María Fernández.
El Ayuntamiento tiene instalados ya los diez vagones y dos locomotoras que formarán el tren turístico. Los pasajeros recorrerán 2,5 kilómetros a una velocidad de seis kilómetros por hora, aunque la locomotora alcanza una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. La obra de remodelación de la mina y del tren ha corrido a cargo de la empresa Tragsa, y el presupuesto ronda los 6,5 millones de euros. La mayor partida de todas, de 1,9 millones, se destinó al acondicionamiento del denominado socavón Emilia. El ascensor de salida del tren, ya en el pozo San Luis, ascenderá a una altura de 37 metros (equivalente a un edificio de once pisos), y aunque se quiso emular a una jaula minera tradicional, algunas partes, como las luminarias, no pudieron instalarse.
En el corazón de Langreo se encuentra uno de los yacimientos más impoprtantes de la segunda mitad del siglo XX, aunque esta zona asturiana ha vivido más de 150 años dedicada a la extracción de mineral (carbón, sobre todo). Los pozos mineros Samuño y San Luis, joyas del patrimonio minero, o las recientes explotaciones a cielo abierto vuelven ahora a recobrar el protagonismo que tuvieron no hace demasiados años. El tren turístico en el que ahora se trabaja hará parte del recorrido que en su día trasladaba el carbón desde las minas del alto de Samuño hasta el valle del Nalón.
El tren dará cabida a 58 pasajeros que recorrerán 2,5 kilómetros. Saldrán de la estación de El Cadavíu y llegarán al pozo San Luis.