Decimosegundo aniversario del blog. Como cada 23 de diciembre, este es un día que suelo dedicar a recrearme (solo un un poco ) y hablar en primera persona para presumir de esta web que, cuando nació, solo aspiraba a hacerse un pequeño hueco en el mundo ferroviario. Nunca habría imaginado que, pasado este tiempo, seguiría activa y actualizada en el día a día para intentar contribuir a la divulgación de historias ferroviarias. Y nunca soñé, lo confieso, en superar tantas difictultades para que la página sea una referencia diaria para cientos de aficionados.
Soy, por tanto, el primero en felicitarme por este largo camino recorrido en esta década sobrepasada. Y me congratulo porque, el simple hecho de seguir con estes hobby, es ya de por sí todo un logro. Dicen que la media de vida de una bitácora apenas si supera los cinco meses. Los estudios calculan que en Internet habrá 150 millones de blogs, pero que solo se mantiene el 1%. activo. Así que objetivamente mantener un blog durante doce años resulta una empresa notoria, sea éste o cualquier otro de los que funcionan por ahí. Me permito ahora no solo felicitarme, sino congratularme de poder compartir lectura con otras bitácoras dedicadas al mundo del ferrocarril; las que hay son muy buenas, lo reconozco, y se hace difícil competir con ellas.
Como os decía hace un año, tal día como hoy, también se nota el paso del tiempo; más en el ánimo que en la intención, pero reconozco que se me ha pasado por la cabeza dejarlo. Al contrario de lo que a muchos les ha sucedido, la pandemia ha reactivado mi motivación para que Treneando acuda a la cita diaria con sus lectores, consciente de que muchos de vosotros lo habéis pasado mal durante este tiempo. Y con la intención de animaros y distraer vuestra atención de los problemas derivados de la covid-19, con mi modesta aportación he querido evitaros, cuando menos, la sensación de soledad. Admito que ha habido momentos en que no había noticias sobre el mundo del tren. Por eso tuve que desempolvar apuntes, recurrir a libros especializados e incluso consultar a otros compañeros para llenar el espacio. De esos recursos, nacieron extensas series (vehículos, lcomotoras, estaciones, oficios…) con los que he ido cubriendo el día a día mejor de lo que yo esperaba y que tengo constancia de que han gustado a la mayor parte de quienes las leéis (a estas alturas del año he superado con creces los datos de todo el 2019).
Cuando cumplo cada año con esta rendición de cuentas, siempre repito lo mismo. Treneando aspira a una de estas tres máximas: informar, explorar y entretener. Perdonad mis errores; a buen seguro que los cometo. Sed indulgentes con mis fallos. Sigo aprendiendo; e intento que otros también lo hagan. Seguro que muchas veces no seré original. Pero os prometo que intento buscar la diferencia: incidir en un matiz, un punto de vista distinto, más distante, menos entregado. Mi pasión son los trenes, las vías, los vehículos, las infraestructuras que hacen posible mover el ferrocarril. Y en ese empeño pongo todos los días parte de mi vida para acercarme un poco más a quienes me seguís. Y os agradezco
de todo corazón que estéis ahí fuera leyendo mis historias. Confío en poder llegar a esta cita en 2021 con el mismo entusiasmo y energía renovada.