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Estaciones singulares: Atxuri

Aunque el acontecimiento se trata con cierta parquedad por la Prensa local y no merece espacio en primera página, otra vez el ferrocarril es noticia. Quizá los bilbaínos asisten con cierta frecuencia a la edificación monumental y palaciega; en las últimas dos décadas se construyen algunas de las sedes comerciales y residenciales más características de la ciudad. Curiosamente dos grandes esquelas presiden ese día las cabeceras de ‘El Noticiero Bilbaíno’ y ‘El Pueblo Vasco’. Los dos periódicos dan cuenta del fallecimiento de un patricio de la Villa: Eustaquio de Allendesalazar y Gacitua, abad de Rosales (caballero de la Gran Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo), que muere en Madrid el 22 de febrero, a los 75 años. Sus hermanos Enrique y Leopoldo, altos mando del Ejército, invitan a las exequias fúnebres en la parroquia de San Vicente Mártir de Abando.

La crónica de sociedad, con un festejo en el domicilio de Federico de Echevarría, el asalto a la casa de Dámaso Euscauriza y el baile de la Bilbaína, aparece en portada del matutino fuerista, propiedad de la familia Echevarría. «El lápiz del alcalde» es la información más destacada en el diario conservador de la competencia. En el artículo, se narra el acuerdo de la corporación municipal presidida por Marco Gardoqui para realizar una campaña de saneamiento de las coplas de carnaval. Las comparsas que recorren las calles cantan algunas canciones en la que la obscenidad “suele servir de base, cuando no el deseo de mortificar a algunos”, de tal forma que “empuñó el alcalde con decisión el lápiz rojo y si hubiera de velar por los fueros de la retórica y del buen gusto seguramente pocos renglones cortos se hubieran visto libres de la tachadura», se asegura en ‘El Pueblo Vasco’.

La inauguración de la nueva terminal de los Ferrocarriles Vascongados, aunque en páginas interiores, alcanza eco en la Prensa local, que narra con profusión de detalles lo ocurrido aquel lunes 23 de febrero. Algo más generoso en su tratamiento, a pie de artículo ‘El Pueblo Vasco’ agradece al director de la compañía «las atenciones que tuvo para su representante». Bajo el título “El Prelado bendice la nueva estación”, el diario conservador otorga el protagonismo al obispo de Vitoria, Prudencio Melo y Alcalde, que se desplaza en coche desde la capital alavesa y que ejerce también la prelatura de Vizcaya (la Diócesis de Bilbao es erigida por Pío XII a través de la bula ‘Quo Commodius’ del 2 de noviembre de 1949). El banquete con el que se agasaja a las autoridades ocupa, igualmente, un notable espacio.

Precisamente, el servicio de restauración es una de las novedades más sobresaliente del nuevo edificio. Regenta el establecimiento Modesto Arana, impulsor de la hostelería local que funda unos años antes un hotel frente al Arriaga, actualmente el Petit Palace. El restaurador prepara un menú por todo los alto: entremeses, consomé Luis XV, fritos variados, bacalao a la vizcaína, menestra bilbaína, solomillo al jugo, jamón en dulce, mantecado, tostadas, dulces y frutas; generosamente servido con vinos borgoña, bodegas bilbaínas, champán Veuve Clicquot, café, licores y habanos. “No hubo brindis pero al descorchar el champán penetraron en el salón el txistulari y tamborilero de Begoña, ejecutando ‘La Marcha de San Ignacio’, que fue recibida con aplausos estruendosos que inició el señor obispo. Después el ‘Gernikako Arbola’, que fue ovacionado, y por último tocaron ‘Donostiyako irudamacho’ (sic), repitiéndose las demostraciones de entusiasmo”, remata el redactor.

No parece que el acontecimiento despierte el fervor popular como otras demostraciones similares, pero el todo Bilbao institucional y burgués acude allí. Las casas de Atxuri muestran colgaduras festivas y el nuevo edificio reluce flamante. Acuden a la inauguración, entre otros, los marqueses de Montealegre y Acillona; el capellán de la Encarnación, Carrillo de los Silos; el párroco de San Antón, Domingo Bengoa; el presidente de la Diputación, José María Murga; el alcalde Benito Marco Gardoqui; el vicepresidente y el director de la compañía, Maximino Chávarri y Julio Igartua, respectivamente; el presidente de la asociación de arquitectos, Luis Basterra; el consejo de administración en pleno; muchos accionistas y altos empleados de la empresa hasta completar una lista de 120 invitados. Curiosamente, el gobernador civil excusa su ausencia.

La nueva estación de Atxuri sustituye a la terminal original de 1882, demasiado pequeña para hacer frente al constante incremento de tráfico de la línea de la sociedad de los Ferrocarriles Vascongados. Esta se constituyó en 1906, tras la integración de tres líneas que previamente ya cuentan con tráfico combinado y explotaciones conjuntas: la Compañía del Ferrocarril Central de Vizcaya de Bilbao a Durango, constituida en 1880, la del Ferrocarril de Durango a Zumárraga (1884) y la de Elgoibar a San Sebastián (1891).

Enclavado en el antiguo suburbio de la ciudad medieval y, por tanto, en uno de los barrios más antiguos de Bilbao, el antiguo arrabal de Ibeni cuenta con notables edificios en un espacio muy reducido que, de haber sido erigidos en otros puntos de la Villa, resplandecerían aún con más brillo. Uno de los más significativos es la iglesia-convento de la Encarnación (1515), de estilo gótico vasco, cuya autoría se atribuye a fray Martín de Santiago, discípulo de Juan de Alava. Muy próximo a este lugar, en la plaza de los Santos Juanes, está uno de los centros de enseñanza profesional con más solera de la Villa: el Instituto Emilio Campuzano, que tiene su origen, precisamente, en la antigua iglesia de los Santos Juanes de la orden de los jesuitas, que en 1767 se trasladan a la calle de La Cruz, en el Casco Viejo. Con posterioridad, a partir de 1835, el edificio alberga el Hospital Civil, que da servicio principalmente a los más pobres; en 1910 pasa a Escuela de Artes y Oficios. Y muy cerca se instala la primera sede de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Municipal de Bilbao, inaugurada en 1907 (sobre la antigua Alhóndiga) según el proyecto del maestro de obras y técnico del Ayuntamiento Domingo Fort.

Justo enfrente, en la misma calle Atxuri, está el Colegio Maestro García Rivero, que en un inicio se bautiza como Escuelas de Primo de Rivera (1918) y que lleva la firma del arquitecto Pedro Ispizua. Detrás se encuentra la estación de los Ferrocarriles Vascongados. De estilo neovasco, la diseña el arquitecto Manuel María Smith. Hata hace muy poco es punto de origen de los servicios ferroviarios con destino a San Sebastián y Bermeo; es también sede de las oficinas centrales de EuskoTren, condición que ostenta en la actualidad.

La sociedad de Ferrocarriles Vascongados decide erigir una estación que, además de reflejar la importancia del edificio y de la compañía, esté en consonancia con la propuesta que años antes realizan los propietarios de la línea de Santander a Bilbao y otros inmuebles cercanos. Para ello se organiza un concurso que presiden los arquitectos Ricardo Bastida, Mario Camiña y José Picaza. El jurado premia la propuesta presentada por el arquitecto Manuel María Smith, tras una selección previa en la que también están presentes los arquitectos Enrique Epalza y Pedro Guimón.

Hierro y cristal son hasta entonces predominantes en la mayor parte de las construcciones ferroviarias. Y los ingenieros quienes llevan la voz cantante: Pablo Alzola, en La Naja, y Valentín Gorbeña, en La Concordia. Un arquitecto coge el relevo. Smith sigue los deseos de la compañía de realizar un edificio de estilo vasco, que él mismo ensaya en algunas residencias desde años atrás. Prescinde, por tanto, de los elementos característicos hasta entonces e inaugura un camino de gran éxito, al que da continuidad durante su vida profesional. “El nuevo edificio es amplio y muy capaz para el objeto al que se le destina, notándose en sus diversas dependencias gran sobriedad y elegancia”, dice ‘El Noticiario Bilbaíno’. Los trabajos encomendadas a Obras y Construcciones Hormaeche -empresa que trabaja en otras muchas edificaciones con Smith (construyen la estación de Canfranc) empiezan en octubre de 1912 y se culminan en febrero de 1914.

En la estación terminal de Atxuri, de tres alturas, el arquitecto decide inspirarse en residencias urbanas vascas tradicionales, en consonancia con la ubicación cercana al Casco Viejo de la capital vizcaína y la vocación urbana que quiere imprimir a lo que hasta entonces es uno de los principales arrabales de Bilbao. De carácter ecléctico, la terminal es un edificio regionalista, basado en la tradición popular, con cierto toque de la arquitectura vasca y cántabra, y que intercala elementos propios de caseríos, casas-torre y demás. Con esta construcción se impone lo autóctono popular a las preferencias cultas. Encima de la entrada principal, en la calle Atxuri, aún puede contemplarse un gran blasón con los tres escudos de los territorios que hoy conforman la Comunidad Autónoma del País Vasco, un cuarto emblema con las cadenas de Navarra y la inscripción «Ferrocarriles Vascongados».

El bloque cabecera lo ocupa un solar alargado, que Smith articula en torno a una construcción de forma irregular en forma de L, en la confluencia de dos calles. Las vías quedan ocultas detrás de la edificación. El viajero puede admirar una imagen urbana presidida por el puente y la iglesia de San Antón. Destaca el chaflán, que presenta una mayor altura de dos pisos y una torre central con un reloj, un escudo y el nombre de la compañía sobre una balconada. La planta baja, abierta y con arcadas, alberga los servicios necesarios (acceso, salida para viajeros, paso de ganado, vestíbulo, taquilla, sala de espera, equipajes, almacenes, oficinas y lavabos). En el primer piso se instala un café-restaurante con terraza y dependencias anejas: cocina, ‘office’ y lavabos; y en el último, diez dormitorios, un aseo y un cuarto de limpieza.

La nueva estación se construye sobre una base de hormigón, encima de la cual se levantan los cimientos de mampostería hidráulica. Las cubiertas son de armazón y de madera con hierro de sujeción, y apoyos sobre los últimos suelos, de cemento armado, que faciliten el armazón de dichas cubiertas. En 1914, al poco tiempo de terminarse las obras del edificio central, Smith amplía el lateral de la estación, y repite la estructura original. En la actualidad el edificio presenta diversas transformaciones fruto de intervenciones desarrolladas en años sucesivos, de tal manera que parte de su fachada y el interior están totalmente transformados

El carácter urbano que originariamente se quiere imprimir al proyecto influye notoriamente en otras propuestas cercanas impulsadas por el consistorio municipal. El ejemplo más claro, los grupos escolares de Ollerías de 1922 y García Rivero de 1923 -en sustitución del ya existente ubicado junto a la estación-, donde el arquitecto de la Villa, Pedro de Ispizua, prosigue con el carácter regionalista iniciado por Smith. La arquitectura del bilbaíno es, según definición de Fullaondo, “suntuosa, retórica, nostálgica, historicista, siempre al servicio del ‘establishment’, evocación psicológicamente defensiva de la burguesía”. Como preconiza ‘La Gaceta de los Caminos de Hierro’, “si el Ayuntamiento realiza las mejoras proyectadas, Atxuri quedará hermoseado y a su apariencia de arrabal destartalado sustituirá a la de barrio vistoso y agradable”. A fe que el Consistorio lo intenta señoreando sus edificaciones más importantes.

El 9 de septiembre de 2019 la terminal deja de recibir a los trenes procedentes de Bermeo que llegan hasta entonces al emblemático edificio ribereño y que ahora son desviados en Kukullaga para entrar por los túneles de la línea 3 de metro. Euskal Trenbide Sarea (ETS), el ente que gestiona la construcción y mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias vascas, amplía las instalaciones del Puesto de Mando de todas las líneas que gestiona Euskotren y que están ubicadas en las dependencias de la centenaria terminal. Sin embargo, vecinos, colectivos y asociaciones del barrio de Atxuri también han puesto sus ojos en la centenaria estación. Demandan que la terminal se convierta en un equipamiento público polivalente, según se recoge en las conclusiones del proceso abierto durante 2018 por la Asociación Lokomotorak, grupo de participación ciudadana para la mejora de esta zona de la capital vizcaína.

También la reclaman los Amigos del Museo del Ferrocarril. Creen que suss instalaciones son idóneas para que la capital vizcaína pueda disponer, de una vez por todas, de un museo ferroviario importante. Por ello llevan ya un tiempo trabajando con distintas instituciones para conseguir su propósito, conscientes de las dificultades que existen para hacerlo realidad, Bilbao asiste casi impasible a la pérdida de sus históricas terminales ferroviarias (solo quedan La Concordia y Abando y en poco tiempo, ni eso), cuando en un tiempo presumía de disponer de siete estaciones correspondientes a otras tantas compañías ferroviarias.

(Este texto forma parte de un reportaje publicado por mí en El Correo en septiembre de 2014, con motivo del centenario de la estación de Atxuri)

(Fuentes. Ángel Ormaechea Arnáiz, en «Los ferrocarriles de Euskadi: 1855- 1936·. Franciscco Javier Muñoz Fernández, en “La arquitectura del tren en Bilbao (1895- 1926): las primeras estaciones y viviendas ferroviarias de una nueva metrópoli industrial”. Maite Paliza Monduate, en «Manuel María de Smith Ibarra. Arquitecto 1879- 1956». El Noticiero Bilbaíno)

Estación de Atxuri, objeto de deseo

El Museo Sacro de Bilbao acogerá el próximo 25 de octubre un acto reivindicativo para que la centenaria estación de Atxuri acoja un museo del tren, una vez que Euskotren haya decidido que sus convoyes no pasen por la terminal bilbaína y se haya reducido considerablemente su actividad ferroviaria. Se espera que asistan a esta ceremonia distintos representantes del mundo cultural, político y social de la capital vizcaína que han decidido apostar decididamente por este proyecto que impulsa la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao. También tiene previsto el presidente del Museo de Londres en el Covent Garden, Sam Mullins.

Más que una apuesta, los Amigos del Museo del Ferrocarril han decidido lanzar un órdago. Las instalaciones de la terminal de Atxuri son idóneas para que la capital vizcaína pueda disponer, de una vez por todas, de un museo ferroviario importante. Por ello llevan ya un tiempo trabajando con distintas instituciones para conseguir su propósito, conscientes de las dificultades que existen para hacerlo una realidad. Aportarían, entre otros, su patrimonio de material móvil (las locomotoras Guipúzcoa, Izarra, Artola; el automotor Billard 2116, tractores y coches..), su colección de objetos ferroviarios y un importante fondo documental. Aseguran que este plan sería compatible con la dinámica que desarrolla el Museo Vasco del Ferrocarril en Azpeitia.

Para hacer visible su proyecto, organizan del 19 al 27 de octubre en el claustro del Museo sacro una exposición conjunta entre la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao y Agruonorte en la que se muestra una selección del material histórico y modelismo ferroviario como explicación del proyecto de museo vivo del Ferrocarril. Personas vinculadas en diferentes disciplinas apoyan este proyecto. Desde Joaquin Achucarro, Vicente Reyes, Andrés Urrutia, Fernando de Oraá, Vicente Mª del Arenal, Monseñor Mario Iceta y un largo etc. Se exhibirá diverso material ferroviario del siglo XIX tales como faroles, taquilleros, mobiliario, relojes, placas, compostores, uniformes, planos, fotos, películas, etc. Además habrá una muestra de modelismo ferroviario terminado así como una demostración de talleres de construcción y decoración de maquetas ferroviarias, y electrónica aplicada a modelismo. También se podrá ver y viajar en el tren a escala de 5” para disfrute de pequeños y mayores.

La estación de Atxuri es uno de los grandes edificios de Bilbao. Construida hace algo más de cien años es hoy, junto a la terminal de La Concordia de la extinta Feve, una de las contrucciones públicas más singulares de la capital vizcaína. Inaugurada el 23 de febrero de 1914, su arquitecto Manuel María Smith, un bilbaíno con raíces irlandesas nacido a pocos metros de su gran obra, expone en su ecléctico edificio todo el saber arquitectónico con el que brilla el estilo neovasco y el auténtico señorío regionalista. La ‘nueva’ estación de Atxuri sustituía a la terminal original de 1882, demasiado pequeña para hacer frente al constante incremento de tráfico de la línea de la sociedad de los Ferrocarriles Vascongados. Esta se constituyó en 1906, tras la integración de tres líneas que previamente ya contaban con tráfico combinado y explotaciones conjuntas: la Compañía del Ferrocarril Central de Vizcaya de Bilbao a Durango, constituida en 1880, la del Ferrocarril de Durango a Zumárraga (1884) y la de Elgoibar a San Sebastián (1891).

El pasado 9 de septiembre la terminal diseñada por el arquitecto Manuel María de Smith en 1910 y fundada por Ferrocarriles Vascongados dejó de recibir a los trenes procedentes de Bermeo que llegaban hasta entonces al emblemático edificio ribereño y que ahora son desviados en Kukullaga para entrar por los túneles de la línea 3 de metro. Euskal Trenbide Sarea (ETS), el ente que gestiona la construcción y mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias vascas, tiene previsto iniciar obras para ampliar las instalaciones del Puesto de Mando de todas las líneas que gestiona Euskotren y que están ubicadas en las dependencias de la centenaria terminal. ETS acaba de sacar a concurso las obras, que tendrán un coste de 1,8 millones de euros, IVA no incluido. Está previsto que los trabajos den comienzo el próximo mes de diciembre y se prolonguen durante seis meses, por lo que el personal y las unidades de tren podrán empezar a utilizar estas nuevas cocheras de Etxebarri en junio del próximo año.

Según indican desde el departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco, se procederá a la remodelación de la planta baja del alargado edificio que limita con los andenes. También está previsto reformar el espacio ferroviario donde estacionan los trenes para acoger la nueva parada del tranvía que se generará con la conversión del actual trazado ferroviario hasta Bolueta para que los convoyes verdes puedan circular por sus vías. Otras actividades que continuarán en las dependencias de Atxuri son la labor del centro de control del tranvía y las oficinas centrales de Euskotren, en las que trabajan más de 120 personas, incluida la dirección. ETS no baraja, ni mucho menos, renunciar a este codiciado espacio.

Vecinos, colectivos y asociaciones del barrio de Atxuri también han puesto sos ojos en la centenaria estación. Demandan que la terminal se convierta en un equipamiento público polivalente, según se recoge en las conclusiones del proceso abierto durante 2018 por la Asociación Lokomotorak, grupo de participación ciudadana para la mejora de esta zona de la capital vizcaína. La asociación destaca que «que se presenta una oportunidad inmejorable para convertir el antiguo emplazamiento de la estación en un equipamiento público polivalente, que dé servicio a las personas y que incluya tanto espacios abiertos como espacios interiores en los que se produzca una multiplicidad de usos, dado que hay extensión suficiente para ello».

Lokomotorak señala que «se debe garantizar un uso público y de carácter social de la actual estación», así como que cualquier decisión acerca del uso futuro de las instalaciones «debe contar con la opinión de las personas del barrio o de aquellas que harán uso del mismas». La asociación cree necesaria una modificación del trazado del tranvía «evitando que siga dividiendo la escuela García Rivero y la estación», así como «la reordenación de la circulación de autobuses en el muelle de Ibeni, y, del mismo modo, la reordenación del tráfico que va por la calle Atxuri y la ampliación del espacio peatonal».

Axuri es, por tanto, objeto de deseo. Y sería lamentable dejar pasar una nueva oportunidad y ver cómo, de nuevo, se pierde una ocasión para rendir homenaje al tren, un medio que durante buena parte de los siglos XIX y XX proporcionó riqueza a la capital vizcaína. Bilbao ha visto cómo se pierden sus históricas terminales ferroviarias (solo quedan La Concordia y Abando y en poco tiempo, ni eso), cuando hubo un tiempo en que presumía de disponer de siete estaciones correspondientes a otras tantas compañías ferroviarias. Atxuri tiene potencial para todos los proyectos.

Bilbao sin capital ferroviario

A finales del siglo XIX, Bilbao tenía siete estaciones terminales, cifra no superada por ninguna otra ciudad de la península ibérica. Todas ellas consecuencia de la proliferación de pequeñas compañías ferroviarias que daban servicio en buena parte de la compleja orografía de la capital vizcaína. Con el ‘cierre’ de Atxuri, ahora solo quedan dos: La Concordia y Abando. La llegada de la Alta Velocidad provocará la desaparición de la estación de Santander y la antigua Norte quedará soterrada, aunque conservará la mayor parte de la actual estructura.

En poco más de cien años, el mapa ferroviario de Bilbao cambia drásticamente. Dicen que, de esta forma, se propicia un servicio más funcional. Lo cierto es que el tren carece del papel preponderante que tuvo hasta mediados del siglo XX en la capital vizcaína. Y en el último medio siglo el declive del ferrocarril se ha hecho más que evidente. Si no fuera por la construcción del metro (1995), podríamos asegurar que Bilbao perdió el tren hace décadas. Se cierran estaciones (San Agustín, Lezama, La Naja, Casco Viejo), se mantienen los trazados decimonónicos (los trenes tardan horas en alcanzar destinos como Santander y San Sebastián), se pierden viajeros por el ‘desinterés’ de las operadoras (en especial la extinta Feve), se relajan las operaciones comerciales con las principales capitales (caso de Renfe con Madrid y Barcelona) y desaparecen opciones antes atractivas (nocturnos y expresos).

El futuro ferroviario se liga a la llegada del TAV, que oficialmente no veremos hasta 2024 (en 2015 predije que no sería realidad hasta 2025 si al final se decidía soterrar la terminal bilbaína). Nada se sabe de los trenes con que se pretende operar ni de cuántas relaciones habrá entre Bilbao y la capital madrileña. Tampoco conocemos los planes de conexión entre las capitales vacas, más allá de que el Gobierno vasco quiere la gestión del servicio intercity entre los tres territorios vascos e, incluso, se ha ofrecido a llevar las operaciones con Madrid. Otra cuestión que queda en el aire es el enlace con Santander, para el que se promete nuevo trazado, paradas en Castro y Laredo y un sustancial recorte en la duración del trayecto a la capital cántabra.

Pero apenas si se aventuran noticias sobre las Cercanías de Renfe (Orduña y Margen Izquierda) que también pierden, poco a poco, clientela y ven cómo se empobrecen los recursos que antes enorgullecían a los responsables de la operadora española, que tenían asegurado el futuro de esta línea (ahora en competencia con el metro). Y de la extinta Feve lo único que sabemos es que cada año se pierden activos y se reducen los trenes (Balmaseda y Santander). Un futuro incierto, que se ve agravado desde que la gestión pasó a Renfe.

Nos queda, eso sí, el metro, que con las ampliaciones realizadas va tejiendo una red importante que cubre la demanda con bastante solvencia. Y si sigue creciendo (una línea hacia el aeropuerto parece razonable; lo mismo que los barrios altos), el futuro se presenta bastante halagüeño. Otra cosa es el tranvía que, según mi parecer, sigue teniendo bastantes carencias y tiene un servicio limitado. Visto lo visto, hemos perdido mucho capital ferroviario.

La centenaria Atxuri ¿de estación a museo?

¿Que destino le espera a la centenaria Atxuri? La estación continuará abierta y su futuro irá indisolublemente unido al desarrollo del tranvía que unirá Atxuri y Bolueta. Este proyecto está en proceso de redacción y en poco tiempo podría estar listo y presentado para que el Gobierno vasco tome una decisión definitiva. Hasta ese momento, la vieja terminal seguirá operativa. Hasta sus andenes siguen llegando las unidades de Eukostren procedentes de la línea de Bermeo. Aunque ha reducido considerablemente su actividad, el edificio sigue albergando otras dos infraestructuras importantes: el puesto de mando de Euskotren en Bizkaia y la sede de la compañía, donde desarrolla su labor numeroso personal administrativo y técnico.

Hace algo más de un año, con la inauguración de la Línea 3, las autoridades anunciaron que, en el plazo de unos pocos meses, los convoyes procedentes de Bermeo trasladarían su origen y destino de Atxuri al intercambiador del Casco Viejo, tal y como hicieron en abril las unidades que procedían de San Sebastián o Durango. Se habló entonces del mes de junio, pero aquella fecha tampoco se cumplió. Posteriormente, se sostuvo que ese momento llegaría a principios de este año, que ha pasado sin novedad. A mitad de 2018, Atxuri sigue siendo la referencia para estos trenes. Pero sobre su futuro se ciernen sombras inquietantes.

Mientras se decide qué pasará con la centenaria estación, ya hay quien hace planes sobre su futuro. Cuado la terminal pierda su decisivo papel ferroviario, lo mejor es que sede la sede de un nuevo museo sobre el ferrocarril vasco. Y ya hay quien trabaja sobre esta idea. La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao ha iniciado la recogido de firmas con referentes sociales para llevar a buen puerto esta idea. De hecho, contemplan que las instalaciones de Atxuri son idóneas para que la capital vizcaína pueda disponer, de una vez por todas, de un museo importante. Y dan pasos importantes para conseguir apoyos.

La estación de Atxuri es uno de los grandes edificios de Bilbao. Construida hace algo más de cien años es hoy, junto a la terminal de La Concordia de la extinta Feve, una de las contrucciones públicas más singulares de la capital vizcaína. Inaugurada el 23 de febrero de 1914, su arquitecto Manuel María Smith, un bilbaíno con raíces irlandesas nacido a pocos metros de su gran obra, expone en su ecléctico edificio todo el saber arquitectónico con el que brilla el estilo neovasco y el auténtico señorío regionalista. La ‘nueva’ estación de Atxuri sustituía a la terminal original de 1882, demasiado pequeña para hacer frente al constante incremento de tráfico de la línea de la sociedad de los Ferrocarriles Vascongados. Esta se constituyó en 1906, tras la integración de tres líneas que previamente ya contaban con tráfico combinado y explotaciones conjuntas: la Compañía del Ferrocarril Central de Vizcaya de Bilbao a Durango, constituida en 1880, la del Ferrocarril de Durango a Zumárraga (1884) y la de Elgoibar a San Sebastián (1891).

En la estación terminal de Atxuri, de tres alturas, Smith decidió inspirarse en residencias urbanas vascas tradicionales, que estaban en consonancia con la ubicación cercana al Casco Viejo de la capital vizcaína y la vocación urbana que quería imprimir a lo que hasta entonces había sido uno de los principales arrabales de Bilbao. De carácter ecléctico, la terminal es un edificio regionalista, basado en la tradición popular, con cierto toque de la arquitectura vasca y cántabra, y que intercala elementos propios de caseríos, casas-torre y demás. Con esta construcción se impone lo autóctono popular a las preferencias cultas. Encima de la entrada principal, en la calle Atxuri, aún puede contemplarse un gran blasón con los tres escudos de los territorios que hoy conforman la Comunidad Autónoma del País Vasco, un cuarto emblema con las cadenas de Navarra y la inscripción “Ferrocarriles Vascongados”.

«La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao ha tratado de evitar la destrucción de multitud de material ferroviario para su preservación y restauración hasta ponerlo en orden de marcha como testimonio de la historia, ya que el transporte en tren ha sido uno de los actores del cambio económico y social, junto con nuestro hierro y la revolución industrial, en Bilbao, Bizkaia y Euskadi. Esta estación es la perfecta ubicación para un museo, ocupando tan sólo 3 vías (las 2 más próximas al edificio de viajeros y 1 semioculta que discurre bajo el edificio oficinas ) junto con algunos almacenes en andén, y local de exposición en la primera planta, para llevar todo este material irrepetible de enorme valor reconocido y alabado por sus países fabricantes (Inglaterra y Bélgica) y el mundo entero. Atxuri es el mejor lugar para conservar, mantener en uso vivo y exhibir la parte móvil -haciendo un uso esporádico con pequeños viajes turísticos- para disfrute de Bilbao y el mundo entero, con el consiguiente valor añadido cultural y turístico a la ciudad, generando ingresos en varios sectores, empleo directo e indirecto. Un museo vivo con raíces en la historia industrial de la región motor económico y de cambio».

Se cumplen 60 años de la creación de esta Asociación que ha conseguido reunir una importante cantidad de elementos móviles y artículos inherentes en estaciones ferroviarias: vagones, coches de viajeros de más de 120 años, en su parte más relevante; libros “incunables”, planos originales de máquinas (algunas de fábrica en Bilbao) y un muy largo etcétera, en su mayoría de diferentes partes de Euskadi. Por eso, es una magnífica oportunidad para que se contemple esta solución para una estación centenaria.

Los trenes de Durango entran a la Línea 3

Euskotren pondrá en marcha este lunes 19 de junio el horario de verano de los servicios de ferrocarril y metro, incluido el de tren-bus al Hospital de Usansolo. La principal novedad del presente ejercicio es el acceso directo al centro de Bilbao de las circulaciones de Durangaldea y San Sebastián, a través de la Línea 3 de Metro, operada por la operadora vasca. De este modo, dichas circulaciones tendrán en la estación bilbaína de Matiko, integrada en la Línea 3 de Metro, su origen y destino final. Por tanto, ya no pararán en las estaciones bilbaínas de Bolueta y Atxuri.

La entrada en Bilbao supondrá que cada día laborable la línea 3 se nutrirá de 31 circulaciones procedentes de Durango y 32 en sentido contrario. En total, 63 nuevos tránsitos que mejorarán la oferta ferroviaria que podrá atender así a vecinos del valle del Txorierri, del centro y los barrios del norte de Bilbao y, ahora, a todos los de la comarca de Durangaldea y Alto Nervión. Estos trenes llegarán como hasta ahora hasta la estación de Kukullaga/Etxebarri, pero en vez de seguir hacia las paradas de Bolueta y Atxuri entrarán por las galerías de la línea 3, efectuando paradas en Otxarkoaga, Txurdinaga, Zurbaranbarri, Zazpikaleak-Casco Viejo, Uribarri y Matiko. En Casco Viejo, los nuevos usuarios podrán conectar con las líneas 1 y 2 del metro. Los trenes de la Línea Bilbao-Bermeo (Urdaibai) continuarán realizando el servicio habitual con origen y destino en Atxuri.

Euskotren establece su oferta de verano, «diseñada para satisfacer las necesidades de desplazamiento inherentes a dicho período, combinando las comunes al resto del año por motivos de trabajo, compras u ocio y tiempo libre, con las originadas por los desplazamientos de ida y vuelta a las localidades que cuentan con playas de gran afluencia de público y aquellas otras que celebran sus fiestas patronales».

La operadora vasca incrementa la oferta de trenes en el tramo Durango-Deba para facilitar el acceso de la ciudadanía a la playa de la localidad gipuzkoana. Además, «como viene siendo habitual en la oferta de verano de Euskotren», se introducirán más trenes en la línea Bilbao-Bermeo, respecto a la oferta de invierno, «facilitando los desplazamientos con origen y destino en Sukarrieta y Mundaka«. Durante las tardes de los sábados, domingos y festivos, los trenes circularán cada 30 minutos entre Zumaia y San Sebastián (Amara). Euskotren también aumentará la frecuencia en el tramo Irun-San Sebastián (Amara) de la línea del Topo durante las tardes de los domingos y festivos. Por otra parte, todos los trenes que circulen por el municipio gipuzkoano de Elgoibar efectuarán parada en el apeadero de Toletxegain.

Además del servicio de las noches de los sábados para la Línea 3 de Metro entre Matiko y Kukullaga-Etxebarri y los tramos ferroviarios Amorebieta-Bermeo, Bilbao (Matiko)-Deba, Lasarte-San Sebastián-Hendaia y Lezama-Kukullaga-Etxebarri, Euskotren ofrecerá servicios nocturnos las noches de los viernes en la Línea 3 de Metro (tramo Matiko-Kukullaga-Etxebarri), y como viene siendo tradicional, servicios especiales de trenes para las fiestas patronales de Bizkaia y Gipuzkoa. La operadora vasca también recuerda que existe un título combinado Euskotren-Ferrocarriles Franceses (SNCF), denominado Passbask, válido para realizar viajes ilimitados entre Lasarte y Baiona, en ambos sentidos. El recorrido en la SNCF posibilita el transbordo en todos los trenes (Segunda Clase, incluido en TGV), excepto en el ‘Paloma Azul’.

En el tranvía de Gasteiz, con motivo de la entrada en vigor del servicio de verano, a partir del próximo 26 de junio se suprimirá el refuerzo de días lectivos. El tranvía de Bilbao también ofrecerá horario de verano a partir del próximo lunes, 26 de junio. Habrá un servicio con tranvías cada 15 minutos durante todo el día, tanto en días laborables como en fines de semana y festivos.

Cien años de la bilbaína estación de Atxuri, antigua cabecera de los Ferrocarriles Vascongados

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Un siglo y aún luce espléndida. La estación de Atxuri es uno de los grandes edificios de Bilbao. Construida hace cien años es hoy, junto a la terminal de La Concordia de la extinta Feve, una de las contrucciones públicas más singulares de la capital vizcaína. Inaugurada el 23 de febrero de 1914, su arquitecto Manuel María Smith, un bilbaíno con raíces irlandesas nacido a pocos metros de su gran obra, expone en su ecléctico edficio todo el saber arquitectónico con el que brilla el estilo neovasco y el auténtico señorío regionalista. La ‘nueva’ estación de Atxuri sustituía a la terminal original de 1882, demasiado pequeña para hacer frente al constante incremento de tráfico de la línea de la sociedad de los Ferrocarriles Vascongados. Esta se constituyó en 1906, tras la integración de tres líneas que previamente ya contaban con tráfico combinado y explotaciones conjuntas: la Compañía del Ferrocarril Central de Vizcaya de Bilbao a Durango, constituida en 1880, la del Ferrocarril de Durango a Zumárraga (1884) y la de Elgoibar a San Sebastián (1891). En la actualidad, además de ser punto de origen de los servicios ferroviarios con destino a San Sebastián y Bermeo, es también sede de las oficinas centrales de EuskoTren.

La sociedad de Ferrocarriles Vascongados decidió erigir una estación que, además de reflejar la importancia del edificio y de la compañía, estuviera en consonancia con la propuesta que años antes habían realizado los propietarios de la línea de Santander a Bilbao y otros inmuebles cercanos. Para ello se organizó un concurso que presidieron los arquitectos Ricardo Bastida, Mario Camiña y José Picaza. El jurado premió la propuesta presentada por el arquitecto Manuel María Smith, tras una selección previa en la que también estuvieron presentes los arquitectos Enrique Epalza y Pedro Guimón.

Hierro y cristal eran hasta entonces predominantes en la mayor parte de las construcciones ferroviarias. Y los ingenieros quienes llevaban la voz cantante: Pablo Alzola, en La Naja, y Valentín Gorbeña, en La Concordia. Un arquitecto coge el relevo. Smith siguió los deseos de la compañía de realizar un edificio de estilo vasco, que él mismo venía ensayando en algunas residencias desde años atrás. Prescindió, por tanto, de los elementos característicos hasta entonces e inauguró un camino de gran éxito, al que daría continuidad durante su vida profesional. “El nuevo edificio es amplio y muy capaz para el objeto al que se le destina, notándose en sus diversas dependencias gran sobriedad y elegancia”, decía ‘El Noticierio Bilbaíno’. Los trabajos encomendadas a Obras y Construcciones Hormaeche -empresa que trabajaría en otras muchas edificaciones con Smith- empezaron en octubre de 1912 y se culminarían en febrero de 1914.

En la estación terminal de Atxuri, de tres alturas, el arquitecto decidió inspirarse en residencias urbanas vascas tradicionales, que estaban en consonancia con la ubicación cercana al Casco Viejo de la capital vizcaína y la vocación urbana que quería imprimir a lo que hasta entonces había sido uno de los principales arrabales de Bilbao. De carácter ecléctico, la terminal es un edificio regionalista, basado en la tradición popular, con cierto toque de la arquitectura vasca y cántabra, y que intercala elementos propios de caseríos, casas-torre y demás. Con esta construcción se impone lo autóctono popular a las preferencias cultas. Encima de la entrada principal, en la calle Atxuri, aún puede contemplarse un gran blasón con los tres escudos de los territorios que hoy conforman la Comunidad Autónoma del País Vasco, un cuarto emblema con las cadenas de Navarra y la inscripción «Ferrocarriles Vascongados».

El bloque cabecera lo ocupaba un solar alargado, que Smith articuló en torno a una construcción de forma irregular en forma de L, en la confluencia de dos calles. Las vías quedaban ocultas detrás de la edificación. El viajero podía admirar una imagen urbana presidida por el puente y la iglesia de San Antón. Destaca el chaflán, que presenta una mayor altura de dos pisos y una torre central con un reloj, un escudo y el nombre de la compañía sobre una balconada. La planta baja, abierta y con arcadas, albergaba los servicios necesarios (acceso, salida para viajeros, paso de ganado, vestíbulo, taquilla, sala de espera, equipajes, almacenes, oficinas y lavabos). En el primer piso se instaló un café-restaurante con terraza y dependencias anejas: cocina, ‘office’ y lavabos; y en el último, diez dormitorios, un aseo y un cuarto de limpieza.

La nueva estación se construirá sobre una base de hormigón, encima de la cual se levantarán los cimientos de mampostería hidráulica. Las cubiertas serán de armazón y de madera con hierro de sujeción, y apoyos sobre los últimos suelos, de cemento armado, que faciliten el armazón de dichas cubiertas. En 1914, al poco tiempo de terminarse las obras del edificio central, Smith amplió el lateral de la estación, repitiendo la estructura original. En la actualidad el edificio presenta diversas transformaciones fruto de intervenciones desarrolladas en años sucesivos, de tal manera que parte de su fachada y el interior están totalmente transformados.

(Este artículo forma parte de un amplio reportaje publicado en las páginas de El Correo de Bilbao en su edición del día 23 de febrero de 2014)