Los sanantolines de Plentzia, hace un siglo, tuvieron una singular novedad: la llegada del tren hasta la elegante villa del litoral vizcaíno, el 4 de setiembre de 1893. Enlazaba así con la capital, Bilbao, mediante las dos lineas ferroviarias que se daban la mano en la estación de Las Arenas: una, la linea Bilbao-Las Arenas y, otra, su prolongación, Las Arenas-Algorta-Plentzia, las dos de via estrecha. Los plencianos que habían festejado a su titular el día 2, prosiguieron su programa festivo, con la inauguración del ferrocarril y coronando el ciclo el domingo siguiente, día 10.
A los dos meses justos de haber enlazado ferroviariamente Las Arenas con Algorta, el 15 de julio de 1893, víspera de la festividad de la Virgen del Carmen, a las tres y cuarto de la tarde, hizo su triunfal llegada a la estación de Plentzia la primera locomotora seguida de algunos coches, donde viajó el personal facultativo de la línea y algunos miembros del consejo de administración, para comprobar el estado de las obras con el fin de preparar la inauguración oficial de este tramo final Algorta-Plentzia. Numeroso público esperó a los expedicionarios, recibiéndoles con cohetes, redobles de tamboril, aplausos y vivas. En realidad, durante este mes de julio del 93 funcionó este servicio, aunque se retrasara la apertura oficial del mismo hasta las fiestas de San Antolin.
El lunes 4 de setiembre, a las diez de la mañana y con un gran gentío en la estación de Plentzia, se esperó la llegada del tren oficial en que viajaban los consejeros de la linea y sus técnicos, encabezados por el ingeniero Hoffmeyer. Llegado el convoy ferroviario, recibido con música y voladores, se procedió a la bendición del tren por el clero parroquial, mientras algunos secaban sus lágrimas de alegría y otros lanzaban vítores enardecidos en medio de una escena emocionante.
A las dos de la tarde salió el primer tren de pago hacia Las Arenas y Bilbao, pasando por debajo del arco del triunfo que se había levantado en el apeadero de Urduliz. Desde el día siguiente hubo dos trenes con salida de Plencia, por la mañana, y otros dos, por la tarde, así como otros tantos, desde la estación de San Agustín, en Bilbao. Las fiestas inaugurales del tren de Plentzia se remataron el domingo, día 10, siguiente, día de la Octava del Santo, con la ‘Misa Breve’, de Gounod, cantada por la Sociedad Coral de Bilbao, la cual dio dos conciertos: por la tarde, en la terraza del casino y, por la noche, sobre una lancha iluminada, en la ría.