Estreno con averías del ICE Munich-Berlín


La línea de alta velocidad que conecta por tren Múnich y Berlín en menos de cuatro horas ha registrado sus primeras averías, tan solo horas después de ser inaugurada en una flamante ceremonia presidida por la canciller alemana, Angela Merkel. «Uno de los dos convoyes especiales tuvo que detenerse en varias ocasiones durante el viaje de regreso a Múnich», admite una portavoz de la empresa ferroviaria, Deutsche Bahn. A bordo iban unos 200 periodistas e invitados a esta ruta.

A partir del domingo comenzará a funcionar la conexión con normalidad. El trayecto de la capital alemana a la ciudad bávara se acortará de seis a poco menos de cuatro horas. El Intercity Express (ICE) Sprinter, con menos paradas, necesitará 3.55 horas para llegar de una ciudad a otra, mientras que el ICE normal recorrerá esta distancia con más paradas en cuatro horas y media.

El tren que debía haber cubierto 623 kilómetros para llegar a Múnich a las 23.15 horas del viernes no alcanzó la capital bávara hasta casi la 1.30 de la madrugada del sábado. Unas horas antes, el convoy había cubierto su viaje inaugural, en el que participó Merkel en su tramo final. La canciller destacó la importancia del proyecto ferroviario para «la unidad de Alemania» y aseguró que esta nueva línea es competitiva frente a otros medios como el avión o el transporte por carretera. A lo largo del trayecto se sucedieron otros actos de festejo en las estaciones de Núremberg, Erfurt, Leipzig y Wittenberg.

El proyecto fue puesto en marcha un año después de la reunificación alemana (1991), con el objetivo de reducir las distancias con las regiones de la antigua Alemania oriental. En concreto se renovó y amplió el último tramo de 107 kilómetros sin modernizar que atraviesa el macizo montañoso Thüringer Wald (Selva de Turingia) en el que los trenes pueden alcanzar una velocidad de 300 kilómetros por hora. Los trabajos demandaron gastos de 10.000 millones de euros (11.000 millones de dólares) y se demoraron debido a que el proyecto fue frenado temporalmente en 1999.

«Los trenes ICE se convertirán así en una alternativa seria al avión«, se entusiasmó el presidente de la empresa alemana de ferrocarriles Deutsche Bahn, Richard Lutz, que espera que el número de pasajeros se duplique de 1,8 a 3,6 millones por año. Entre las ciudades que más se verán beneficiadas con la nueva conexión rápida figura Erfurt, la capital de Turingia, en el este del país.

Sin embargo, también se han alzado voces críticas. La organización ambientalista BUND afirmó que el nuevo trazado se realizó a costa de la naturaleza, el paisaje y la movilidad en las zonas rurales.

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