«El seis (6) es el número natural que sigue al cinco y precede al siete». Lo reconozco: he mirado la wikipedia para ver qué decía de este guarismo. Y eso es lo que allí se puede leer. También procede de la misma fuente lo siguiente: «Es el primer número perfecto, puesto que sus divisores propios (1, 2 y 3) suman 6. El siguiente número perfecto es el 28″ o bien «es el tercer número triangular, después del 3 y antes del 10». Si preferís algo más complejo es posible encontrarlo en el mismo lugar : «El 6 es la unidad base del sistema horario. El día como horas es formulable como 6+6+6+6. Como minutos (6×60) + (6×60) + (6×60) + (6×60). Y como segundos (60×60) x (6+6+6+6)». Aunque se puede simplificar y, sin embargo, mantener alto el nivel: «Según la Biblia el 6 es el número más perfecto de los imperfectos, ya que le falta 1 para llegar a 7 (el número perfecto)». No os aburro más con otras expresiones, que las hay y muchas.
La cuestión es que hoy se cumplen seis años desde que publiqué mi primer post un 23 de diciembre de 2008. O lo que es lo mismo 2.190 días (6*365), 52.560 horas (6*8.760), 3.153.600 minutos (6*525.600), a lo que habría que sumar 24 horas más porque como mínimo ha habido un año bisiesto.
Cuando comencé a escribir, con Treneando me comprometía a dos cosas: contagiar mi pasión por el mundo del tren y tocar la fibra sensible de quien tiene el ferrocarril como uno de sus referentes. No sé si lo he logrado; quizá ni me he acercado. Pero mi contrato, pasados estos seis años años de aquellos inicios, sigue vigente; y más que un empeño es hoy una responsabilidad y una obligación diaria.
Durante todo este tiempo he aspirado a una de estas tres máximas: informar, explorar o entretener. ¡Ojalá fuesen siempre las tres! Si cada día consigo una de ellas, mi trabajo sale recompensado. Lo peor, sería el aburrimiento y la atonía. Y, de verdad, que intento superarme. Reconozco que no es fácil salir siempre triunfante de esta empresa. Acudir a esta cita diaria, y salir airoso del trance, tiene sus dificultades. Pero ese es precisamente mi contrato con vosotros que me leéis.
Perdonad mis errores, que seguro que los he cometido, y ser indulgentes con mis fallos. Sigo aprendiendo e intento que otros también lo hagan. Seguro que pocas veces seré original, pero os prometo que trato de ver el matiz, la diferencia o el punto que distinga mis posts de otros que podéis encontrar en la red. Y necesito que me hagáis llegar vuestras impresiones e incluso las discrepancias. Quizá es lo que más falle en este blog: hay pocos comentarios. Os necesito, de verdad.
Os recuerdo que además me podéis seguir a diario en facebook (hay un grupo especial que se llama ‘Soy amigo del tren’) y en twitter (@MikelItu). Gracias a todos.
Y ya aprovecho y os felicito a todos por estas fiestas con esta imagen: