Los Ferrocarriles Suizos cambiarán los relojes de las estaciones más pequeñas de la red helvética


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Los Ferrocarriles Federales Suizos (SBB/CFF) han organizado un concurso para el suministro de doscientos relojes que sustituirán a otros tantos aparatos existentes en las estaciones más pequeñas de la red ferroviaria helvética. SBB/CFF tiene un total de 5.200 relojes instalados en sus estaciones. La adjudicación se hará a finales de octubre 2015.

La operadora helvética necesita que los nuevos relojes dispongan de un receptor de señal y un máximo de tres indicadores analógicos conectados por estación. El importe global del contrato se ha cifrado en tres millones de francos suizos. La intención de CFF/SBB es sustituir los aparatos existentes en unas trescientas estaciones que se han quedado caducos con el paso del tiempo. La operadora contempla la posibilidad de adaptar los equipos a las posibles novedades tecnológicas que pudieran surgir.

La red suiza controla aproximadamente unas 5.200 estaciones. Todas ellas tienen en lugar bien visible un reloj con la hora oficial del país. En general, los aparatos mantienen en esencia el diseño original de Hans Hilfiker, aunque contienen pequeños dispositivos, como los que ahora se precisan en el concurso, cuyo núcleo es un receptor que recibe y transmite directamente las señales horarias. El comportamiento debe ser como el de los relojes de radiocontrol de uso doméstico.

Los aparatos de las grandes estaciones reciben, sin embargo, la hora exacta desde un emisor en situado en Francfort o desde un receptor GPS, gracias a las pequeñas centrales instaladas en armarios eléctricos. Todos ellos mantienen la estética que ha dado fama a los aparatos suizos.

El reloj de Hilfiker, de un diseño sencillo y claro, prescinde de los clásicos números que singularizaban este tipo de aparatos. Tan solo muestra rayas negras en un fondo blanco para los minutos. Negro también es el horario y el minutero. Sin embargo, el segundero es rojo y destaca en comparación con el resto del diseño: su punta tiene la forma de un disco, parecido al de una clásica señal que antes se usaba para autorizar la partida de los trenes.

Diseñado en 1944 expresamente para las estaciones de tren suizas, su principal característica es la aguja de color rojo y en forma de disco, que pretende simular la señalización de un guardia de ferrocarril. El reloj que se puede ver en todas las estaciones ferroviarias suizas es un verdadero clásico del diseño. Fue creado por el ingeniero y diseñador Hans Hilfiker (1901-1993) en 1940. Los Ferrocarriles Federales Suizos (FFS) no querían sólo un aparato de este tipo que diera la hora exacta para la precisa y puntual comunicación que requiere cualquier organizacion ferroviaria, sino un reloj que también expresara una parte de la identidad nacional.

En estos setenta años de historia ferroviaria el reloj de la estación forma parte de la identidad nacional suiza. Uno de estos preciados objetos forma parte de la colección de cien relojes que Suiza regaló a la ciudad de San Petersburgo en 2003 con ocasión del 300º aniversario de la capital rusa. En el centenario de su independencia nacional, también Noruega recibió de Suiza un reloj ferroviario. Una réplica puede llevarse en la muñeca desde hace años y ya es uno de los diez mejores clásicos del diseño suizo. El Museo del Diseño de Londres y el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York mantienen distintas muestras del objeto diseñado por Hilfiker.

Desde hace unos meses los aparatos de Apple incorporan un reloj similar a los suizos en su sistema operativo iOS. La marca de la manzana tuvo que pagar una indemnización millonaria por copiar el modelo de los ferrocarriles suizos sin autorización.

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