Hace veinte años miles de alemanes abandonaron el Telón de Acero en varios trenes fletados desde la capital checa y cuyo destino era la Ameania democrática. Un tren salió ayer de Praga en dirección a Alemania sirvió para conmemorar la huida masiva de ciudadanos de la antigua República Democrática de Alemana (RDA) y recordar quel viaje que les llevó hacia la libertad.
El convoy que abandonó la capital checa quiere recordar a los 23 trenes repletos de miles de germano orientales que, tras haber pasado semanas refugiados en la Embajada de la República Federal de Alemania (RFA) en Praga, lograron abandonar el bloque comunista, camino de Occidente. «El camino está libre», fue la recordada frase que pronunció el entonces ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA), Hans-Dietrich Genscher, tras llegar a un acuerdo con las autoridades de la Alemania comunista.
Genscher, que el jueves participó en una conferencia en Praga, recordó que la entonces Checoslovaquia permaneció pasiva, a la espera de la órdenes de Moscú, pero no impidió la salida de los trenes. Durante el trayecto hacia la RFA, a través de la Alemania oriental, se sucedieron manifestaciones contra el régimen comunista.
El tren de homenaje, con unas 150 personas a bordo, entre ellos muchos protagonistas del viaje original, trazó el mismo recorrido que hace veinte años y pasó por las ciudades de Dresde, Freiberg, Chemnitz y Plauen, para acabar en la ciudad bávara de Hof. A diferencia de entonces, esta vez el convoy sí ha parado para que los viajeros puedan asistir a exposiciones fotográficas y conversar con otros testigos de aquellos acontecimientos.