El alcalde de Vigo rechaza el tranvía


Vigo no quiere tranvías. A su alcalde, no parece convencerle el transporte, a tenor de sus recientes declaraciones. Abel Caballero descarta la posibilidad de impulsar el proyecto para Vigo con el ‘simple’ argumento de que «la inmensa mayoría» de las ciudades españolas que cuentan con este medio de transporte han quebrado o están en una situación financiera muy comprometida. El regidor gallego citó, a modo de ejemplo, los casos de Parla, Granada y Jaén, con deudas de entre 150 y 200 millones. Y no se quedó en esas localidades, sino que añadió otras urbes con «serias dificultades para su mantenimiento», entre las que mencionó a Zaragoza.

Caballero despachó así la propuesta de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) y de las empresas de ingeniería Tecniberia que plantearon recuperar este medio de transporte para Vigo con financiación europea, a través de los fondos de recuperación Next Generation, como una forma de reactivar la economía. El alcalde vigués no quiere escuchar opiniones ajenas sobre el tema. «¿Quién es Seopan para hacer un proyecto?», llegó a cuestionar el regidor gallego. Sin embargo, esta patronal considera que el tranvía podría ser susceptible de ser financiado desde el sector privado, explotándose en régimen de concesión por una firma que sería la encargada de elaborar el proyecto, construirlo, gestionarlo y mantener sus líneas para un plazo de tiempo que sitúan en el horizonte de los 40 años para recuperar las inversiones realizadas. Seopan calcula que en proyectos de construcción de nuevas redes de tranvías el concesionario requeriría solo de una subvención equivalente al 5% del coste total de la iniciativa. «Este esquema permite apoyarse en la colaboración público-privada para multiplicar el potencial de los fondos europeos y acometer más inversiones de interés público», ha defendido la patronal de la construcción.

A la vista de lo dicho por el alcalde, Vigo no va a recuperar su tranvía. Desde 2001 ha habido hasta cuatro intentos para resucitar este transporte e incluso se llegó a proyectar la construcción de varias líneas, que combinarían el trazado en superficie y bajo tierra. Una de las propuestas incluía un ramal desde Teis para circular por Beiramar, Gran Vía, Praza América, Florida y Navia, mientras que otra subiría hasta O Calvario. El tranvía de Vigo fue enterrado por el alcalde Rafael Portanet. Éste adjudicó a Vitrasa el contrato del servicio de transporte público de la ciudad para sustituir a un «anticuado», en su opinión, sistema de tranvías frente a los autobuses. Tranvías Eléctricos de Vigo puso la primera unidad a circular por la ciudad en el verano de 1914. Desde entonces y hasta 1968 miles de vigueses se subieron a algunas de sus líneas que zigzagueaban por la ciudad. La red se fue ampliando con el tiempo hasta Samil, Lavadores, Bouzas o Porriño. A pesar del sueño de Enrique Peinador, nunca llegó a Mondariz.

Los diferentes gobiernos han dado una y mil vueltas a la creación de un metro ligero, que tras diversos estudios nunca salió de la fase de anteproyecto. El actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo se comprometió en 2009 a retomar el proyecto de una línea de metro en Vigo, pero nada se sabe desde entonces. Cuando Seopan lanzó su propuesta, Caballero aseguró «no tener ningún conocimiento» sobre los planes y acusó de «temeridad» presentar la iniciativa sin el conocimiento del Concello. Pero hace unos días arrojaba tierra sobre el asunto, al desentenderse claramente de un plan como el que prevé esta patronal.

En la actualidad, hay una docena de ciudades españolas que cuentan con tranvía: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Grandas, Alicante, Málaga, Bilbao, Murcia, Tenerife, Vitoria y Zaragoza. Otras proyectan ponerlo en marcha, como Cádiz, Córdoba, Tarragona, Palma de Mallorca o León. La última ciudad que puso en marcha un tranvía fue la de Granada en el 2017. Los costes y su uso varían. El más extenso es el de Alicante, que tiene 93 kilómetros de longitud y que permite comunicar no solo la ciudad sino esta con la playas de San Juan y también recala en municipios cercanos como San Vicent del Raspeig, y llega incluso a Benidorm. Este medio de transporte registra más de 20.000 pasajeros los fines de semana y en torno a 13.000 los días laborables. El del centro de Sevilla tiene apenas dos kilómetros y lo usan más de 20.000 personas cada día. El más barato fue el de Vélez Málaga, que requirió 3,8 millones de euros por kilómetro. En cambio, el de Sevilla se disparó a 65 millones de euros por kilómetro, aunque el ayuntamiento hispalense estudia su ampliación. Pero Vigo no quiere participar en ese club, al menos mientras el alcalde sea Abel Caballero.

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