Montcada, el punto más negro de Renfe


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A los vecinos se les agota la paciencia. Montcada i Reixac se ha puesto en pie de guerra. Las movilizaciones del pasado miércoles provocaron el caos ferroviario, con retrasos en la circulación que se alargaron hasta la madrugada. Inicialmente solo querían cortar la línea R2. Pero parte de ellos se desplazó hasta la línea de Manresa, por donde discurren los trenes de las R4 y la R7, con el mismo resultado. Esto provocó un caos con retrasos que hicieron que algunos usuarios llegasen de madrugada a su destino. También se produjo un corte en la carretera C-17, con retenciones que se alargaron hasta primera hora de la noche.

Es el punto más negro de Renfe en España; una trampa mortal. Están hartos de promesas y palabras vacías. Ya van 168 atropellos, dos en lo que va de año. Y saben que habrá más. Porque todos los vecinos de este pueblo cruzan las vías con la barrera de seguridad bajada. Es es casi un acto reivindicativo ante el Ministerio de Fomento, que se comprometió en 2007 a soterrar las vías. Diez años después todo sigue igual.

El último atropello fue la gota que colmó el vaso. Ocurrió el martes pasado, poco antes de las ocho de la mañana. Un joven de 16 años fue arrollado por un convoy. Un mes antes, el 9 enero, falleció un hombre 75 años. Y así una cuenta regresiva hasta alcanzar 168 vidas. Tan interiorizado tienen el horror de los trenes en Montcada que hasta han levantado un monumento a las víctimas del tren junto a uno de los dos pasos con barrera, en el centro del pueblo, y han instaurado un día de homenaje a los vecinos arrollados. Se celebra el jueves de la segunda semana de Cuaresma y hay exhibición de ‘castellers’, concurso de dibujo infantil por el soterramiento de las vías, minuto de silencio, parlamentos oficiales y ofrenda floral al monumento.

La protesta impulsada de manera conjunta por el Ayuntamiento y la Plataforma Tracte Just Soterrament Total acabó convirtiéndose en una de las tardes más caóticas que se recuerdan en la red de Rodalies de Barcelona. Las 600 personas que se reunieron para recordar la última víctima que ha perdido en las vías montcadenses, un joven de 16 años que se suicidó, en la zona de Can Sant Joan, decidieron ocupar vías y calles, provocando cortes que se alargaron varias horas.

La invasión de vías ha supuesto un cruce de acusaciones entre el ayuntamiento y Renfe. Mientras la empresa asegura que no recibió ninguna comunicación por parte del consistorio, la alcaldesa, Laura Campos, mantiene que se trasladó la previsión de alteraciones alrededor de las vías. Además, Renfe recuerda que no es de su competencia evitar la invasión de las vías, por lo que no se responsabiliza de la alteración que sufrió la circulación de los trenes.

La ciudad ya no se cree las buenas palabras del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que se ha comprometido a poner soluciones provisionales para reforzar la seguridad en los pasos a nivel. «Nos tememos que estas medidas de seguridad se quedarían como una solución permanente, por esto advertí al ministro de que no vamos a renunciar a que el futuro de nuestro municipio pase por el soterramiento total», apunta Campos.

Vecinos y ayuntamiento seguirán insistiendo para que el Estado tome cartas en el asunto. Pese a ello, todos son conscientes de que tendrán que lamentar más víctimas hasta que se actúe en las vías. La pregunta que se hacen es cuánto tardarán en volver a lamentar la próxima víctima mortal. Montcada i Reixac no lo podría aguantar.

(Imagen Podem Montcada)

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