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Thomas Cook, pionero del turismo ferroviario

Tras casi 200 años de servicio, la empresa que fundó Thomas Cook (22 de noviembre 1808 en Melbourne, Derbyshire, Inglaterra) entra en quiebra. Esta empresa se convertía en la primera agencia de viajes de la historia, mientras que su creador es considerado el primer agente de viajes del mundo. El empresario británico estableció también un sistema de pago con cupones concertados con hoteles bautizados como vouchers. A este pionero del turismo se le renoce también como el creador de los folletos de viaje. Durante muchos años ha sido la firma elegida para desplazarse alrededor del mundo, pero hoy miles de turistas maldicen su nombre.

En 1825 se abrió al público el primer ferrocarril: un conjunto de vagones arrastrados por una locomotora que utilizaba el vapor como energía, que cubrió la distancia entre las poblaciones inglesas de Stockton y Darlington. Cinco años más tarde se inauguró el tramo Liverpool-Manchester, que aseguró el tráfico regular de mercancías y pasajeros entre ambas localidades. Pero hasta 1841 no se realizó el primer viaje organizado.

El 5 de julio de ese año un tren fletado especialmente partió de Leicester a Longhborogh (Inglaterra), llevando un grupo de pasajeros, miembros de la ‘Sociedad de la Esperanza’, cuyo destino era encontrar nuevos pueblos, nuevas personas y nuevas cosas. Thomas Cook, misionero baptista que había desempeñado varios oficios hasta encontrar su destino, creía que la mayoría de los problemas sociales estaban relacionados con el consumo del alcohol, lo que le llevó a formar parte de una asociación antialcohólica.

El predicador fletó un viaje en tren para más de 500 personas para asistir a un mitin antialcohol. Llegó a un acuerdo con la empresa ferroviaria para obtener un porcentaje por la venta de cada billete. Un viaje de alrededor de 11 millas por el que cobró 1 chelín a cada uno de los viajeros. El precio incluía el billete de tren y la comida. A partir de ese momento, Cook iniciará una revolución de las excursiones, viajes organizados y vacaciones. Durante los tres años siguientes planeó varios viajes para las asociaciones antialcohólicas y excursiones para los niños los domingos.

Su vocación de agente y de empresario innovador hizo que Cook continuara fleteando trenes completos para congresos similares o viajes de placer. Aunque en su primera experiencia no ganó dinero, de inmediato se dio cuenta del enorme potencial que significaba la venta de viajes organizados. Nace de esta forma la primera agencia de viajes del mundo, la ‘Thomas Cook and Son’

En torno a 1850 el ferrocarril de vapor había llegado ya a todos los continentes. En 1851 organizó un viaje para 165.000 personas a la exposición universal de Londres y en 1855, a la exposición de París. Thomas Cook puso de moda Suiza por su naturaleza, sus características adecuadas para el descanso y la salud. Tras el éxito conseguido, en 1865 trasladó la sede social de la empresa de Harborough a Londres. En 1866 viajó a Estados Unidos para concertar los servicios de diferentes compañías ferroviarias para producir turismo con servicios incentivadores y facilitadores americanos. Más tarde abrió sucursales de la empresa en las ciudades americanas que le interesaban como abastecedoras. En 1868 consiguió la exclusiva para explotar el tráfico de pasajeros del continente europeo por la ruta de Harwich. Con este motivo viajó a Holanda, Bélgica y Alemania con el fin de concertar el abastecimiento de servicios de transporte con diversas compañías ferroviarias.

Uno de sus más destacados logros fue conseguir una nueva exclusiva para explotar el tráfico de pasajeros por la ruta del puerto de Brenner a Bríndisi. Durante la guerra franco-prusiana, la ruta solo estuvo abierta para servir a la producción de turismo de la empresa de Cook. Una de sus aportaciones más destacadas fue la creación del sistema de pago basado en cupones concertados con hoteles usados como medio de pago por sus clientes. El ejemplo de Cook fue imitado tanto en América como en Europa dando nacimiento a la creación de numerosas empresas dedicadas a la producción de turismo y a la intermediación de servicios de hospitalidad y de transporte para el segmento de demanda que prefería producir su propio turismo. Murió en Leicester el 18 de julio 1892, a la edad de 84 años.

Un siglo y cuarto después su nombre queda asociado en la historia como una de las grandes catastrofes enpresariales del planeta. La veterana compañía “cesará su actividad con efecto inmediato”. Deja ‘tirados’ a 600.000 turistas británicos y alemanes.

Veinte años cumple el tranvía de Valencia, la primera ciudad española en recuperar este transporte

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«Que veinte años no es nada», cantaba Carlos Gardel con nostalgia en ‘Volver’, uno de sus más conocidos y hermosos tangos de la historia, que compuso junto a Alfredo Le Pera…Pero que se lo digan al tranvía de Valencia si esas dos décadas que lleva transportando a viajeros es un tiempo corto o largo. Porque este 21 de mayo se cumplen precisamente veinte años del tranvía en Valencia, que goza de una excelente salud en su plena mayoría de edad.

Aquella mañana del 21 de mayo de 1994, los valencianos contemplaban con una mezcla de recelo y curiosidad el tranvía, que Valencia recuperaba casi un cuarto siglo después. Y además la ciudad del Turia se convertía en la auténtica pionera. Primero fue Valencia y después vinieron las demás. Y con la recuperación del tranvía, como heredero del viejo ‘trenet’, la capital levantina logró mejorar sus comunicaciones y el entorno urbano de barrios como Benicalap, Benimaclet, Zaidía y el Marítimo. Toda una transformación urbanística que ha requerido una inversión en estas dos décadas de 375 millones, de los que 275 se han destinado a las obras de la vía y 100 millones al material móvil.

Fue en 1990 cuando el Consell acordó la modernización de la línea ferroviaria Ademuz-Pont de Fusta-Grao y la implantación de un tranvía moderno. Su recorrido fue asumido por la EMT y, dos años más tarde, se desmantelaba la playa de vías del Pont de Fusta. En 1993 comenzaban las primeras pruebas del tranvía, que se puso en servicio el 21 de mayo de 1994 con un viaje inaugural que hizo el recorrido desde la parada de Empalme hasta la de Doctor Lluch. De los 9,8 kilómetros iniciales, la red ha pasado a tener 20 kilómetros y a la inicial línea 4 –que contó con una señalización diseñada por Paco Bascuñán– se sumó la 6 (u Orbital) y se benefició la 5 (Marítim-Serrería), que une metro y tranvía.

Dssde el principio, la aceptación de los usuarios fue muy buena, especialmente entre los jóvenes que acudían a la universidad. De hecho, el 100% de las unidades salían a la calle para prestar servicio y a los cinco años de la inauguración se encargaron cuatro nuevos vehículos para atender las prolongaciones hasta Burjassot, TVV y Feria Valencia. Un total de 2.362 metros de línea se sumaban a la red. Más tarde, en 2001, se abrió al público la nueva estación de Empalme, que se convirtió en un nudo de comunicación intermodal entre tranvía, metro y autobús. A partir de ahí, el tranvía se expande a La Coma, Mas del Rosari, Santa Gemma, Lloma Llarga, Valterna y Terramelar. Era el año 2005.

Pronto hubo que prolongar la línea 5 hasta el puerto a través de un nuevo tramo entre las paradas de Marítim-Serrería y Neptuno durante la Copa América e incorpora nuevos modelos de piso bajo de la empresa Bombardier, caracterizados por sus cinco módulos. También entró en servicio la nueva línea T6, que comparte recorrido con la línea 4 y enlaza con la 5.

Del centenar de alcances anuales de los primeros meses, se ha pasado a apenas diez. Durante este tiempo, los coches han recorrido el equivalente a 567 vueltas al mundo y han desplazado a 110 millones de viajeros. Y su éxito propició que el tranvía se extendiera a otras ciudades como Alicante, Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao o Vitoria.

El pasado año obtuvo 8.267.259 usuarios, un 424% más que cuando se inauguró y un 242% más que en su primer año de funcionamiento completo. La red ha pasado de los 9,8 kilómetros de longitud y 21 paradas en 1994 a los actuales a los 20 kilómetros y 43 paradas repartidas por los municipios de Valencia (32), Burjassot (6) y Paterna (5).

El ‘trenet’ conectaba a principios del siglo XX la ciudad con el puerto y otras zonas del área metropolitana. Pero dividía barrios, separaba calles por auténticas trincheras, generaba problemas de tráfico y no daba una imagen de modernidad. El tranvía hizo olvidar el ‘trenet’ y como cantaba Gardel en su célebre tango Valencia vive «con el alma aferrada a un dulce recuerdo que no ha de volver».

(Fuente Las Provincias)