Carrera desaforada para cumplir con los plazos y llegar a la cita olímpica. El Gobierno de Brasil abre el proceso de licitación del tren de alta velocidad que unirá São Paulo y Río de Janeiro. La construcción del tren, que será el primero de alta velocidad en América Latina, ha despertado el interés, entre otros, de empresas de España, Alemania, Japón, China y Corea del Sur. La obra está presupuestada en 34.600 millones de reales (más de 13.000 millones de euros.
La empresa o el consorcio vencedor será responsable de la construcción, que deberá estar concluida en 2015, y disfrutará de la concesión del servicio por 40 años. La línea férrea medirá 510,8 kilómetros y unirá Río de Janeiro, São Paulo y Campinas, ciudad a unos cien kilómetros de esta última, y los trenes deberán alcanzar una velocidad máxima de 350 kilómetros por hora.
Al menos se construirán siete estaciones, incluidas paradas en los aeropuertos internacionales de Guarulhos (São Paulo), Viracopos (Campinas) y Antonio Carlos Jobim (Río de Janeiro). La obra dará servicio a un corredor que aglutina al 20% de la población brasileña -unos 40 millones de personas-, y que acumula el 33% del Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil, según cálculos del Gobierno.
El borrador del pliego de condiciones se publicará de inmediato en internet y permanecerá disponible para su consulta pública durante un mes. En enero se celebrarán varias audiencias públicas, al comienzo de febrero se publicará el pliego de condiciones definitivo y, a finales de mayo, se abrirán las propuestas presentadas por las empresas interesadas. Para definir el ganador del concurso se tendrá en cuenta el precio más barato del pasaje de tren y la transferencia de tecnología.
El proyecto ya ha sufrido varios retrasos, por lo que no podrá entrar en funcionamiento antes del Mundial de fútbol de 2014, como pretendía el Ejecutivo, aunque está a tiempo de ser concluido antes de los Juegos Olímpicos de Río de 2016.