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Vías donde conviven cercanías y larga distancia

¿Pueden convivir vías convencionales de Cercanías con las de Larga Distancia? El accidente del pasado jueves en la estación de Castelldefels, con el resultado de doce personas muertas, ha abierto de nuevo un debate que se creía cerrado. Es evidente que en muchas estaciones pequeñas y medianas no hay forma de evitar la convivencia de trenes de distinta operatividad como en el caso de la citada estación barcelonesa donde se produjo la falta tragedia. Los jóvenes llegaron en un tren de cercanías y cuando cruzaban las vías fueron arrollados por el Alaris que no tiene parada en Casteldeffels y que pasa por la zona a una velocidad considerable.

El corredor ferroviario de la costa catalana es uno de los más colapsados de España, sirviendo con Cercanías (línea C1) el sur del area metropolitana de Barcelona, con poblaciones tan importantes como El Prat, Sitges o Vilanova, pero a la vez teniendo que acoger los servicios de larga distancia, principalmente el Euromed que enlaza Barcelona con Alicante.

Excepto en las estaciones de mayor importancia o las más alejadas de los núcleos de población —donde por espacio es posible disponer de apartaderos—, en la mayoría de casos los veloces Euromed utilizan la misma vía que los Cercanías, pasando por estaciones siempre muy concurridas a gran velocidad.

La situación va a cambiar en unos años, cuando se construya la conexión del corredor ferroviario del Mediterráneo en Tarragona. El grueso de esos trenes de larga distancia llegará a Barcelona por el oeste y no por el sur. La de Platja de Castelldefels es la única estación al sur de Barcelona que dispone sólo de dos vías, una para cada sentido, y dos andenes.

Cada hora pasan por ella alrededor de nueve trenes (170 al día), con la complicación de gestionar en esas condiciones convoys con tanta diferencia de velocidad. Bastante tráfico para una estación con menos de 2.000 usuarios y 70 paradas cada día. «Está encajonada; poco se puede hacer para hacerla más grande», explican los especialistas que apuestan por construir estaciones de cuatro vías allí donde sea posible.

Sin entrar a juzgar lo sucedido en el accidente del jueves, donde parece claro que la actitud negligente de quienes cruzaron la vía es el factor principal desencadenante de la tragedia, parece obvio que es necesario fortalecer la seguridad en las estaciones. Apenas 16 horas después del fatal accidente, una mujer era sancionada por cruzar las vías en el punto exacto donde el día anterior se produjo el arrollamiento. Es decir, que hay quien aún cree que no existe ningún peligro en las estaciones.

(Imagen Estación de Abando en Bilbao. Luis Angel Gómez. El Correo)

El tren español corre peligro

Y ahora la crisis. El recorte de los funcionarios, la congelación de las pensiones, la subida de impuestos o la retirada de inversiones distan mucho de ser suficientes para alcanzar la consolidación fiscal que los mercados exigen a España antes de devolverle el oxígeno del crédito cerrado desde hace un mes. Es necesario pasar la guadaña a los gastos en función de su eficiencia y en este nuevo capítulo entran de lleno los servicios públicos deficitarios. Fomento estudia, por tanto, el recorte de algunas líneas de tren.

En concreto, se revisa el mantenimiento de los servicios de media distancia convencional de Zaragoza-Monzón-Lleida; Ronda-Algeciras; Huelza-Zafra; Granada-Linares Baeza; Córdoba-Bobadilla; Burgos-Vitoria; Valladolid-Burgos; Valladolid-Palencia; Ávila-Medina-Valladolid; León-Gijón; Ávila-Salamanca; León-Ponferrada; Madrid-Ávila; Madrid-Segovia; Madrid-Sigüenza-Arcos-Ariza; Zaragoza-Calatayud-Ariza-Arcos; Cuenca-Valencia; Zaragoza-Huesca-Jaca: Plasencia-Cáceres-Mérida-Badajoz; Valencia-Teruel; Puertollano-Mérida-Zafra; Orense-Puebla de Sanabria.

En el caso de la media distancia de alta velocidad los de Zaragoza-Huesca y Calatayud-Zaragoza; en larga distancia el Madrid-Burgos; y en cercanías el de Zaragoza. En total, las líneas en revisión transportaron a 1,7 millones de viajeros en 2009, ofreciendo un resultado negativo cercano a los 40 millones de euros (ver gráfico adjunto). Además, no se descarta la revisión de los larga distancia Bilbao-Irún-Salmanca; Bilbao-Málaga y Barcelona-Málaga-Granada.

Fuentes del Ministerio de Fomento reconocen el plan de cierres en marcha pero señalan que aún no han recibido las recomendaciones del operador ferroviario y que, por tanto, no hay ninguna decisión definitiva sobre qué servicios que se verán recortados finalmente.

Bruselas obliga a definir el concepto de prestaciones públicas antes del 1 de julio, con el objetivo de reducir las subvenciones estatales. Y sin el actual apoyo financiero del Estado, la supervivencia financiera de Renfe Operador es más que limitada, ya que sus pérdidas de explotación agotarían sus recursos propios en poco más de cuatro años. De ahí que su oferta no pueda mantenerse en las circunstancias económicas actuales.
Se une a ello, que las líneas convencionales de tren han ido quedando relegadas como medio de transporte en las zonas que han experimentado una mayor modernización de las vías de circulación. De ahí, que la demanda sobrepase con mucho a la oferta, especialmente en los servicios de media distancia que serán los más castigados por el recorte.

Por ello, los cierres no se decidirán según la cuantía de las pérdidas —prácticamente todos los servicios de Renfe resultan deficitarios—, sino que vendrán definidos por la combinación de criterios económicos con el aprovechamiento real de las infraestructuras. En el caso de los trayectos en estudio, ninguno alcanzó una tasa de aprovechamiento superior al 13% durante el ejercicio 2009, con el caso de que en la línea Madrid-Burgos se desplazaron de media seis viajeros por trayecto, con un coste de 91.000 euros por kilómetro y unos ingresos por tráfico de tan sólo 304.680 euros. La menor tasa de aprovechamiento, sin embargo, la registra el Madrid-Segovia con 504.000 euros por ingresos por tráfico y 146.000 viajeros al año, pero con un resultado negativo de 1,9 millones en 2009 ante el elevado coste derivado de la accidentada geografía del trayecto.

Sea como fuere, la justificación económica no anula el coste social que el tijeretazo ferroviario puede conllevar para las poblaciones que se vean afectadas. Varias de las líneas en estudio cuentan con paradas intermedias en núcleos con soluciones de transporte más reducidas que las capitales de provincia, y serán las primeras las que más sientan el antes y el después del ajuste ferroviario. La media de edad suele ser mayor en los nichos más pequeños y, por tanto, es superior la proporción de usuarios dependiente del transporte público. El tijeretazo ferroviario será socialmente más doloroso en Monzón, Ronda, Algeciras, Zafra, Linares Baeza, Boadilla, Medina, Ponferrada, Sigüenza, Arcos, Ariza, Calatayud, Jaca, Plasencia, Mérida o Puebla de Sanabria, ya que será mayor su impacto en la comunicación de sus habitantes.
Con todo, ésta no será la última vez que oiremos hablar de recortes en servicios ferroviarios. Los ajustes presupuestarios del Gobierno se han hecho especialmente acusados en el Ministerio de Fomento que también está revisando los proyectos de Alta Velocidad Española (AVE) cuya ejecución estaba prevista para los próximos años. Es el caso de los AVE a Asturias, Cantabria, Murcia, Almería y Alicante que cuentan con altas probabilidades de no llegar a construirse.

De todo, el Ministerio de Fomento dará su veredicto en las próximas semanas y, de seguro, que no será agradable.

(Fuente ABC. Imagen Yrithinnd en Wikimedia Commons)

13.300 pasajeros de larga distancia se han visto afectados por la huelga en Renfe

La huelga convocada para hoy por el sindicato CGT provocó desde primera hora de la mañana retrasos de hasta una hora en los trenes de media larga distancia que salen desde la Estación de Atocha, mientras que los trenes de Cercanías cumplieron los servicios mínimos y funcionaron con normalidad. Los más afectados por este paro, que durará 24 horas, fueron los viajeros que esta mañana tenían billete para el AVE, que ante la situación se agolpaban ante las oficinas de atención al cliente de Renfe.

Situación distinta es la que se presentaba en los andenes de las estaciones de Cercanías, donde había menos usuarios que un miércoles normal, bien por el periodo vacacional o bien porque ayer, durante todo el día, la empresa informó de que los servicios no se iban a prestar con normalidad –los servicios mínimos son del 65%–.
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