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Más pruebas del tren de gas licuado

Renfe experimenta con un tren de gas licuado en Asturias. Las pruebas son, por el momento, satisfactorias. De hecho, el operador ferroviario prevé transformar cuatro unidades de la serie 2600 de la extinta Feve para realizar el servicio en la línea en el Caudal, entre Baíña (Mieres) y Collanzo (Aller). El recorrido, de ancho métrico, carece de catenaria por lo que el experimento puede ser vital para esta comarca.

El prototipo lleva meses circulando, de forma intermitente, por este recorrido, por tratarse de un tren experimental. Sobre la mesa, se baraja la posibilidad de destinar nuevas unidades a este recorrido, pero no antes de un plazo superior a los dos años. La empresa tiene contrato con el Ministerio de Fomento para prestar servicio en la línea hasta 2027, prorrogable por cinco años mas. «Están obligados, de momento, a seguir con la prestación». «Lo que no se han dado son fechas ni plazos, ya que primero se tiene que aprobar una normativa que regule su uso. Tenemos miedo de que quede en nada», indican en la zona.

El gas licuado es una mezcla entre propano y butano, presentes en el petróleo puro y el gas natural. Al prototipo, un automotor de vía estrecha, se le ha incorporado una tecnología híbrida que le permite circular con GNL, pero además también puede viajar impulsado por gasóleo, lo que sirve para comparar los resultados con los dos tipos de combustibles. Se espera reducir entre un 20% y un 30% las emisiones de dióxido de carbono, entre un 60% y un 80% los óxidos de nitrógeno, un 99% los óxidos de azufre, un 90% las partículas en suspensión y un 30% el ruido. Pero además de ventajas medioambientales, los responsables del proyecto calculan que reducirá los costes operativos en un 45%.

El objetivo es desarrollar este proyecto de tal forma que pueda extenderse y que los motores híbridos den paso a otros de solo GNL. En paralelo se trabaja en cómo utilizar la energía que se genera por el uso del tren, sobre todo, en las frenadas y el uso inteligente de la energía. La idea es reinventar el transporte camino de su descarbonización. Las pruebas siguen, pero no son aún concluyentes.

Primera prueba del tren propulsado con gas licuado

El primer tren de viajeros del mundo propulsado con gas natural licuado recorrerá durante los próximos cuatro meses 15.000 kilómetros por una línea de Cercanías de Asturias para probar la eficacia y ventajas de este modelo, más barato y menos contaminante que el basado en el diésel. La compañía ferroviaria ha reservado para la realización de las pruebas un tramo de unos veinte kilómetros entre las localidades asturianas de Figaredo y Trubia, pero a lo largo de la semana se prevé ampliar el radio de acción con viajes ya fuera del concejo.

Los ministros de Fomento, Íñigo de la Serna, y Energía, Álvaro Nadal, asistieron ayer al inicio de las pruebas entre la estación del Vasco de Mieres y la de Figaredo, en la cuenca minera del Caudal, con un tren repleto de autoridades y periodistas que han hecho este trayecto de unos 5 kilómetros a una velocidad punta de 35 kilómetros por hora. No obstante, De la Serna asegura que en las primeras pruebas se ha superado esa velocidad, reducida después por la multitud de viajeros que llevaba el tren, y que ésta aún se verá incrementada en el futuro con el desarrollo de mejores motores. En este circuito se desarrollará todo el procedimiento de chequeo del novedoso y ecológico sistema de propulsión. Fuentes de Renfe destacann que la prueba se superó con total normalidad.

«Ésta es la primera experiencia en el mundo de propulsión de un tren de viajeros con gas licuado», subraya el ministro de Fomento, quien asegura que se abre un «escenario optimista» en cuanto a su extensión, especialmente en el ámbito de las Cercanías, por lo que se compromete a extender este modelo a todas las líneas que no vayan a ser electrificadas. Actualmente está electrificada el 68% de la red ferroviaria, un 18% más que en 1990, lo que supone que en el 32% del sistema está propulsado por locomotoras diésel. Aunque el Ministerio seguirá invirtiendo en la electrificación de las vías férreas, en aquellas en las que no se pueda acometer va a apostar por sustituir la tracción diésel por la de gas licuado por sus ventajas medioambientales y económicas.

«Estamos a las puertas de un modelo completamente innovador y pionero en el mundo que exige de un periodo largo de pruebas», reconoce el ministro, que prevé que en un plazo de dos años haya en Asturias cuatro trenes de Cercanías circulando con gas licuado. En principio, serán locomotoras híbridas adaptadas para circular con diésel y gas pero el objetivo es que sólo lo hagan con ese último combustible al final de ese periodo.

Nadal reconoce que la transición de modelos no es fácil de hacer pero que el Gobierno ha apostado por reducir las emisiones de efecto invernadero y que si se pudiesen sustituir todos los trenes diésel por los de gas licuado habría un ahorro importante y una alta reducción de emisiones. Con la propulsión de gas licuado las emisiones de dióxido de carbono se reducen entre un 20% y un 30%, y entre un 60% y un 80% las de óxidos de nitrógeno, mientras que prácticamente se eliminan las de azufre.

Nadal asegura que España está consiguiendo ser un país puntero en este ámbito del transporte ferroviario y explica que desde su Ministerio continuarán apostando por el uso del gas en otro tipo de vehículos para cumplir con los objetivos climáticos marcados. Este proyecto se enmarca dentro del plan de descarbonización y eficiencia energética del sector ferroviario y, con una inversión de 1,4 millones de euros, está siendo desarrollado por Renfe, Gas Natural Fenosa y Enagás.

Este prototipo de tren autopropulsado con gas natural licuado (GNL) estará en servicio en la línea de Cercanías de ancho métrico (antigua Feve) que discurre entre Baíña y Collanzo, a unos 30 kilómetros de Oviedo. De esta prueba en vía se extraerán conclusiones sobre requisitos técnicos de espacio, peso, refrigeración, y autonomía para la tracción de gas natural, además de otras consideraciones y variables comparativas en emisiones y economía operativa.