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Joyas en custodia: electrotrén 444-002

La mayor parte del tráfico de viajeros de cercanías y regionales se realiza con unidades de tren, es decir trenes autopropulsados con tracción eléctrica, concebidos especialmente para ese tipo de servicios. Estas unidades tienen notable aceleración en el arranque y desaceleración en el frenado, conducción reversible y fácil, acoplamiento de varias unidades y accesos adecuados para facilitar la entrada y salida de los viajeros.

Para la conexión entre ciudades se utilizan básicamente trenes de tracción diésel (los TAF, Talgo y TER), cuando Renfe se acerca a su trigésimo aniversario. Para completar los servicios de largo recorrido diurnos en líneas electrificadas, sobre todo en la mitad Norte, se adquieren una serie de unidades autopropulsadas, conocidas como electrotrenes. Al inicio de la década de los 70, la operadora adquiere 20 trenes, que fabrican CAF y Macosa (mecánica y montaje) y Cenemesa (eléctrica) bajo licencia de Mitshubishi y Westinghouse. Inicialmente se componen de un coche motor y otro remolque con cabina, pero con la idea de incorporar más adelante un remolque intermedio. Matriculados como WMD+WRc 511 a 530, como si fueran una continuación de las unidades WMD 501 a 508 del Bilbao-Portugalete, muy pronto. Sin embargo, muy pronto se les asigna la serie 432, con la implantación de la numeración UIC (432-001 a 432-020). La librea original es roja con techo y banda plateada, que rompe con la sobria decoración del resto de vehículos de Renfe; los ferroviarios los bautizan como ‘obispos’.

Durante estas décadas de los 70 y los 80, estos electrotrenes ruedan por las principales líneas electrificadas, fundamentalmente de la mitad norte peninsular. Destacan servicios como el Barcelona-Gijón e incluso durante un tiempo Barcelona-Santander, sostiene Ángel Ribera. Renfe dispone enn ese tiempo de cuatro grandes generaciones de unidades de tren: series 300 (433 en UIC), 600/700/800 (436/437/348), 900 (439) y 440. Con los electrotrenes, se inicia un modelo de explotación peculiar que perdura hasta nuestros días. Esta clase de trenes autopropulsados son habituales en relaciones diurnas, en detrimento de las composiciones convencionales remolcadas, gracias a las ventajas aportadas por su configuración y oferta rígida de composición. Los electrotrenes tienen una composición básica de tres coches: motor, remolque intermedio y remolque con cabina, aunque pueden funcionar en composición de dos coches.

El éxito de los 432 y la demanda de viajeros anima a Renfe a encargar la compra de nuevos trenes para cubrir los servicios diurnos de larga distancia en líneas electrificadas de 3000 V. Estos vehículos de nueva generación son la serie 444. CAF, Macosa, GEE y Melco fabrican catorce nuevas unidades autopropulsadas. Aunque no mejoran la velocidad máxima ni la potencia de los ‘obispos’, ofrecen mejoras relevantes sobre todo en aspectos relacionados con el confort: suspensión neumática, mejor insonorización, mayor fiabilidad y nuevos interiores. Exteriormente, los 444 continúan la tradición del vistoso color rojo de base de los 432, aunque se pintan llamativos y gruesos adornos amarillos que evocan los trazos del logotipo de Renfe, en lugar de las sobrias franjas plateadas del 432.

La nueva serie se asigna a Madrid-Fuencarral. El primer servicio, un ‘intercity’ entre Madrid y Valencia por Albacete, con cuatro viajes diarios por sentido, uno de ellos prolongado hasta Castellón, tiene lugar en 1980, con una marcada reducción de tiempos de viaje. Servicios y vehículos se unifican bajo la denominación genérica de electrotrén», que tapan la calificación oficial y real de ‘intercity’. Madrid a Sevilla, Barcelona a Málaga y Barcelona a Valencia son relaciones habituales. Más adelante se establece también el Barcelona a Vigo y Barcelona a Gijón, al tiempo que se abandonan los servicios por Andalucía que pasan a efectuarse con material convencional.

En 2005, la situación es inversa a la de los años setenta. Aunque subsisten un par de servicios de larga distancia, la totalidad de los trenes de las series 432 y 444 que aún están en activo y 28 de los 31 de la serie 448, están adscritos a servicios regionales, casi todos tipo “Exprés”. Los electrotrenes 444 llegan a lucir varias libreas durante su vida comercial: hojas con relámpago amarillo y testero amarillo y rojo (original); blancas con raya azul y testero amarillo y negra (Larga distancia); blancas con raya naranja y testero amarillo y negra (Cataluña Express ); y blanca con raya violeta y testero naranja y blanco (Media distancia).

Cada coche cuenta dos bogies de dos ejes. En origen, los 432 tienen puerta de intercirculación en un testero (como el TER), aunque luego se suprime, como todas las puertas de intercirculación en testeros de los 444 (en origen en ambos extremos). Cada coche, tiene dos puertas en cada lado. El coche motor alberga un salón de segunda clase con 72 plazas y un pequeño furgón; en el remolque con cabina está ubicado el salón de primera clase con 52 plazas junto con la cafetería y la cocina, mientras que el remolque intermedio dispone de 88 plazas de segunda clase. La velocidad máxima de los 444 es de 140 kilómetros por hora (la misma quue en los ‘obispos’) y la potencia es de 1.160 kW.

En 1987, Renfe adquiere seis trenes nuevos trenes, que se diferencian de los anteriores en el aumento de velocidad de 140 a 160 kilómetros. Esta subserie (denominada los 500 para diferenciarla de los primitivos 444) se engloba posteriormente en una nueva serie (448) que llega a tener un total de 31 trenes, según precisa Ángel Ribera. Los siguientes cinco electrotrenes de la subserie 500, construidos por CAF, Ateinsa y Cinemesa), que aparecen un año después, presentan nuevo testero, distinta decoración interior y algunas diferencias técnicas notables. La subserie original 444-000 deja Madrid-Fuencarral y pasa a depender de Barcelona-San Andrés, al tiempo que comienza el cambio de librea para hacerla similar a la del resto de la serie.

Sin llegar a cumplir las tres décadas en la vía, en 2009 dejan de prestar servicio comercial los electrotrenes de la serie 444, concebidos como una segunda generación de unidades autopropulsados. El último servicio se produce el 25 de diciembre de 2008, con el Regional Exprés 15016 de Zaragoza-a Barcelona de las 16.48 horas. Renfe Operadora vende en 2001, diez automotores eléctricos a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (Chile), que los transforma en la EFE Serie UTS-444 para el servicio Terra Sur Chillán. La rama 444-004 causa baja tras un accidente y queda apartada en San Andrés Condal, aunque posteriormente se desguaza. Los tres restantes pasan de Barcelona a Miranda, donde se dan de baja en febrero de 2009. Los trenes 444-006 y 444-012 se trasladan a Castejón y posteriormente a Madrid y La Sagra (Toledo); el 444-002, está actualmente preservado en Mora la Nova, tras su cesión por parte de la Fundación de Ferrocarriles Españoles.

Este electrotren 444-002, que se encuentra en un estado mecánico y de interiorismo excelente, puede ser una pieza clave para el tren turístico que la Fundación para la Preservación del Patrimonio Ferroviario Industrial de Mora la Nova (FPPFI) pretende sacar a la vía. Este proyecto tiene un gran potencial turístico, cultural y de repercusión social, en especial por la cercanía de la Costa Daurada. La FPPFI reconstruye para ello los coches de la francesa San Denis de Renfe CC-6029 y CC-6043 y el vagón J2 («cangrejo») que hace de taller móvil. La Fundación llega a un acuerdo con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles por el cual se cede el uso de una locomotora diésel (308.036) para su tren turístico, ‘El Caspolino’.

Dada la vinculación del electrotrén a tierras catalanas, en especial al servicio ‘Catalunya Exprees’, resulta interesante la puesta en servicio del 444-002, una vez que la FPPFI intenta que ‘El Caspolino’ pase a engrosar la oferta de trenes turísticos de Catalunya. El proyecto cuenta con el aval de la Generalitat y las aportaciones económicas de más de quince ayuntamientos de las provincias de Tarragona y Zaragoza, así como de la Diputación de Tarragona.

El Museo del Ferrocarril de Móra la Nova es un valioso ejemplo de un colectivo que ha logrado impulsar un singular proyecto de centro de puesta en valor del patrimonio histórico ferroviario. El viejo depósito de tracción de Mora, sito a orillas del Ebro en Tarragona, se ha convertido en el más vigoroso ejemplo de proyecto de recuperación patrimonial ferroviario. Entre sus logros, cabe mencionar la rehabilitación de algunas instalaciones de explotación ferroviaria, como la torre del enclavamiento y el puente giratorio, diverso material móvil y, ahora, afronta la parte más importante: la construcción de una nave taller, donde se iniciará la rehabilitación de material móvil ferroviario para alimentar un proyecto de tren histórico.

(Imagen cortesía FPPFI. Fuentes Javier Aranguren, en «Automotores españoles». Justo Arenillas Melendo, en «La tracción de los ferrocarriles españoles». Ángel Ribera, blog Trenes y Tiempos. Artículos de Vía Libre)

‘El Platanito’ puede cambiar su ubicación de Castejón a Valdemoro en un intento de salvamento

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Un grupo de aficionados al ferrocarril acaba de fundar la Asociación de Amigos del Ferrocarril ‘El Platanito’ (AAFEP), cuyo fin pasa por trasladar, recuperar y salvar el Electrotrén Basculante UT-443. Actualmente, se encuentra estacionado en una vía muerta y seccionada de la Red General en la estación de Castejón de Ebro (Navarra), pero quieren la autorización para llevárselo a Vadelmoro. En la zona sur de Madrid, han localizado un espacio donde existe un viejo edificio-almacén de principios del siglo XX, perteneciente a MZA en su origen, y que se encuentra situado en una estación de la segunda línea más antigua de la Península (Madrid-Aranjuez), por detrás de la Barcelona-Mataró. Pero el tren seguiría a la intemperie.

El cese y muerte de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Castejón no presagia nada bueno para el futuro de ‘El Platanito’. Los esfuerzos de estos años, en especial los de Aitor Luna, han acabado en saco roto. Y la UT- 443 sigue en un estado lamentable. Icono de la modernización del ferrocarril español en los años 70 y 80, este electrotrén basculante agoniza hoy en la estación navarra de Castejón. Sin motor ni catenaria y sin mantenimiento, sometido a las duras condiciones meteorológicas, el llamativo transporte de origen italiano corre serio peligro.

Pese a su actual estado, el electrotrén 443, nombre oficial que recibió este original prototipo, es una auténtica joya ferroviaria. Fabricado por Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) bajo licencia de Fiat en 1976, se proyectó para estudiar la tecnología de la pendulación activa de los coches de forma que se pudiera mantener la velocidad en tramos sinuosos, sin menoscabo del confort de los viajeros. Los expertos aseguran que, desde sus primeros viajes, el tren llamó la atención. Evidentemente ese color amarillo de la carrocería, muy aerodinámica además para la época, le concedió notoriedad y su presencia en las estaciones provocaba de inmediato la curiosidad ciudadana. Pronto recibió el nombre con el que se le ha acabado por identificar: ‘Platanito’. Claro está que, después de haber permanecido más veinte años en el dique seco, se hace difícil pensar lo que significó en algún momento para la tecnología ferroviaria. Este automotor basculante inició en España los pinitos sobre la circulación en alta velocidad.

El plan de esta nueva asociación ha sido puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Valdemoro, a través del concejal de Participación Ciudadana, Ángel Marcos; y del Museo Ferroviario de Delicias, a través de su director Carlos Abellán. La acogida inicial ha sido buena, pero necesitan mucho más.

El proyecto pasa por el traslado a Madrid de ‘El Platanito’ porque la mayor parte de los integrantes de la AAFEP es de esta zona, lo que posibilita el trabajo y la vigilancia. También creen que es posible obtener más ayudas y colaboración, así como patrocinadores y benefactores, al situarse en una de las comarcas de mayor movimiento económico. La estación de Valdemoro se encuentra integrada en la línea C-3 de la Red de Cercanías de Madrid, lo que posibilita el acceso en tren en unos 25-30 minutos desde Atocha, y 35-40 minutos desde Chamartín. El trasiego de gente es continuo durante todo el día y la vigilancia está asegurada. Y además es zona de paso de los trenes de mercancías, Media Distancia, Alvias, Talgos, que circulan por el Corredor Madrid-Alcázar de S. Juan-Levante y/o Andalucía, con lo que se convierte en un sitio idóneo para el «spotting» ferroviario por la diversidad de circulaciones que pasan por estas vías.

(Imagen Mikel Iturralde)

Renfe jubila los últimos seis ‘obispos’ tras 35 años de servicio

Tienen aún vida por delante, pero hoy culminan una etapa. Renfe pone fin a un ciclo con la desaparición de las vías de los últimos ‘electrotrenes’, adscritos a la serie 432, que realizan servicios de Media Distancia por líneas convencionales. Estos últimos seis trenes de la serie 432 son tres unidades de tres coches -con 212 plazas- y otras tres de dos coches -con 124 plazas-, numerados como 432001, 432006, 432009, 432014, 432016 y 432018. A partir de hoy quedan a disposición de Integria, tras 35 años circulando por las vías de medio país.

Esta serie estaba asignada a la Gerencia Centro Norte de Media Distancia y realizaba servicios en las relaciones Logroño-Castejón-Zaragoza, Valladolid-Miranda-Logroño, Castejón-Zaragoza, Burgos-Vitoria, Vitoria-Miranda de Ebro, Pamplona-Castejón-Zaragoza y Vitoria-Pamplona.
La serie 432 ha sido sustituida por trenes de la serie 470, recientemente remodelados, que disponen de 220 plazas y espacio para personas de movilidad reducida, en un afán por renovar la flota de la operadora ferroviaria.

La serie completa ha prestado servicio desde comienzos de los años setenta, fecha en la que se culminó el Plan Decenal de Modernización iniciado una década antes. Renfe presentó a concurso la fabricación de unidades eléctricas bitensión siguiendo los criterios de confort y versatilidad de los trenes TER. La imagen externa recordaba mucho a estos trenes, aunque su aspecto fue realzado gracias a un llamativo color rojo que le otorgaba una apariencia mucho más moderna. Lo que hizo que se les bautizara en la jerga ferroviaria como ‘obispos’. Su mayor potencia (1.160 kW) y velocidad máxima (140Km/h), lo convertían en el tren ideal para cubrir servicios diurnos de larga y media distancia. Un total de veinte unidades fueron fabricadas entre los años 1971 y 1973 por las empresas CAF, Macosa y Westinghouse, que se encargaron de realizar las cajas y la parte mecánica, mientras que Mitsubishi se hizo cargo de la parte eléctrica.

Los nuevos trenes fueron adscritos a la serie 432, pero comercialmente fueron conocidos como ‘Electrotrenes’, efectuando sus primeros ensayos comerciales en 1971, entre Madrid y Gijón. En pocos meses se hicieron imprescindibles en las principales líneas vascas, catalanas y andaluzas y en vista de los buenos resultados obtenidos, entre 1975 y 1978 se les incorporó un coche remolque intermedio con el fin de satisfacer el creciente aumento de viajeros.

A inicios de los años ochenta, con la llegada de los ‘Intercity’s de Renfe Serie 444, los 432 se vieron relegados de muchos servicios de largo recorrido, pasando a efectuar servicios regionales en Barcelona, Madrid , Andalucía y León

En los noventa, perdieron su tradicional color rojo en favor del azul y blanco de la época y años más tarde el color naranja de la UN Regionales. En esa época pasaron a prestar servicios regionales, asignados sobre todo en la línea Barcelona-Gerona-Figueras para realizar los entonces denominados servicios Cataluña Exprés. Tras la baja de algunas unidades y la pérdida del coche intermedio en la mayoría de las unidades en activo, los 432 lucen los colores actuales de la UN Regionales y prestan servicio en Zaragoza, Valladolid y Pamplona, siendo uno de los trenes más veteranos del parque motor de Renfe Operadora con más de 35 años en servicio activo.

La serie 432 será sustituida por trenes de la serie 470, recientemente remodelados, que disponen de 220 plazas y espacio para personas de movilidad reducida. La serie 470 está formada por trenes eléctricos autopropulsados con una composición indeformable de tres vehículos que puede aumentar hasta 12 unidades. Circulan por vías de ancho convencional y pueden alcanzar velocidades de hasta 140 kilómetros por hora.