Bilbao-Santander, un tren tercermundista


El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, no tiene pelos en la lengua, como todo el mundo sabe. Este jueves se sumaba a las reivindicaciones de la Plataforma en Defensa del Tren Santander-Bilbao para la mejora de este ferrocarril y pedía más frecuencias. Y, con toda sinceridad, lo dejó bien claro; la línea es «tercermundista» y la maquinaria está «obsoleta» y reclama su renovación. «Esto no tiene ningún sentido, es algo absolutamente tercermundista que no tiene explicación en una zona desarrollada de España», señalaba Revilla, tras mantener un encuentro con miembros de la Plataforma y el alcalde de Rimabontán al Monte, Joaquín Arco (PRC) .

Para el presidente cántabro, es un «escándalo» que en el Año Europeo del Ferrocarril, que se celebra en 2021, el tren de Santander tarde más de tres horas a Bilbao y realice solo un recorrido diario, dejando «aislados» a una cantidad de vecinos, como los de Villaverde, Ampuero, Ramales de la Victoria, Karrantza y varias localidades vascas. «Estamos hablando de la necesidad de que no siga aumentando la despoblación y esto viene en la línea absolutamente contraria», ha valorado.

Revilla se suma a las peticiones que reclaman la electrificación de ese ferrocarril y el cambio de las máquinas que son «antiguas» y están «casi siempre averiadas». El mandatario cántabro matizó, sin embargo, que esta petición «no tiene nada que ver» con la otra que hace el Gobierno de Cantabria, que va por «el buen camino», sobre tener un tren rápido a Bilbao.

El presidente del Ejecutivo cántabro asegura que la población de Cantabria está «desprotegida» de una comunicación que ya es «prácticamente inexistente», y manifiesta su apoyo a la Plataforma para conseguir que Adif ponga en marcha cinco frecuencias, dos más que las tres que había antes de la pandemia del Covid y que eran «pocas», así como una «modernización» de la maquinaria que es «obsoleta» y la mayor parte están «estropeadas». El portavoz de la Plataforma, Fernando Lobato, recuerda que esta semana se cumplen 125 años del inicio del servicio en una línea que ha prestado servicio a todos los pueblos del interior de Cantabria y Bizkaia e insta a Renfe y Adif que tengan en cuenta que este tren se usa para ir a estudiar, a trabajar o al médico, y se necesitan más frecuencias. «Vivimos en un entorno rural, queremos seguir viviendo allí y trabajando en ese sitio», ha insistido. Por esta razón, la Plataforma ha avanzado que el 16 de julio saldrá a la calle en Santander, como hizo la semana pasada en Bilbao.

Lobato reitera que aún no se han restablecido los servicios que la línea prestaba previamente a la pandemia, con tres trenes que iban y volvían en el día, a pesar del final del estado de alarma. Asmismo agradece al presidente su apoyo, y recuerda que, hasta el momento, no ha habido una respuesta de los responsables de la línea a los que se ha pedidio una cita para trasladarle sus peticiones. Por su parte, el alcalde de Ribamontán al Monte ha subrayado que este tren ya «funcionaba mal» antes de la pandemia y ahora directamente «no funciona», por lo que ha pedido al Ejecutivo autonómico su apoyo en esta «lucha» con el Gobierno central para poder hacer una vías «más sostenibles», dado que las maquinarias tienen más de 40 años, están «viejísimas», «da pena» ver cómo circulan y «contaminan». El mandatario cántabro reclama máquinas eléctricas. «Es el futuro», indica el regidor, que cree que «dan menos problemas» y son «más exactas» para mejorar los horarios, que deben de ser «lógicos». Arco ha explicado que la respuesta de Adif hasta ahora es que la corta distancia funciona «bien», aunque ha apuntado que la parte oriental de Cantabria es media distancia y esto «no funciona», y Renfe vincula la oferta a la demanda, cuando están «obligados» por contrato y se están retroalimentando la «falta» de usuarios con el servicio «precario». «Ya es hora de que esto se retome y se retome de otra forma», ha sentenciado.

Como casi siempre, el aniversario de la línea pasa prácticamente desapercibido. El 6 de julio de 1896 se inauguró el enlace ferroviario, por el interior y en vía métrica, entre Santander y Bilbao, aunque las vías concluían en un barrio periférico de la capital vizcaína, Zorrotza, por lo que era necesario trasbordar a los trenes del ferrocarril de Bilbao a Portugalete, o tomar el tranvía eléctrico de Bilbao a Santurtzi, para alcanzar el centro de la villa. Aún serían precisos dos largos años para que la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao prolongase sus vías hasta su céntrica estación de La Concordia, inaugurada el 21 de julio de 1898.

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