El operador ferroviario trabaja en la definición de los uniformes para sus empleados, de tal forma que ofrezcan una imagen «de empresa moderna, sostenible y de calidad hacia los clientes», así como ofrecer unas prendas «cómodas, funcionales y de calidad» a los trabajadores. Renfe lanzará en los próximos meses una licitación pública para buscar diseñadores de alta costura que diseñen, fabriquen y suministren los nuevos uniformes corporativos para el personal operativo de la empresa pública, según publica el diario Expansión. Fuentes de la compañía destacan que, entre los criterios de valoración para elegir la empresa que se encargue de este contrato, habrá un punto que prime la experiencia en el sector de la moda, tanto a nivel nacional como internacional.
Renfe ha entregado un cuestionario al personal del colectivo afectado, el de conducción, intervención y estaciones, para que traslade las preferencias en cuanto al futuro uniforme. De los casi 8.000 empleados de estas divisiones, casi la mitad ya ha respondido a las preguntas, aportando las características que creen necesarias y ahora Renfe lo incluirá en los requisitos de la licitación pública. De esta forma, la compañía elaborará con estos datos un informe que determine las características de los nuevos uniformes. Además de los trabajadores, la empresa pública también contará con la participación de los representantes sindicales para elaborar las especificaciones técnicas del contrato y el pliego del concurso. Actualmente, entre los principios sobre los que la compañía está trabajando para su próximo uniforme destacan la identificación del uniforme con la imagen y valores de la marca, un fácil reconocimiento por parte de los clientes, trasmitir profesionalidad y sentimiento de equipo y unión, comodidad, adaptabilidad a las distintas épocas del año y climas, seguridad y confianza.
El mercado liberalizado plantea un nuevo escenario empresarial en el que Renfe utilizará todos los recursos a su alcance para competir y mantener su hegemonía. En este entorno, el uniforme, como portador de la imagen de la empresa, es un elemento imprescindible que permite a los clientes identificar a la compañía que los sirve. «Cuando el servicio es bueno, cuando es esmerada la atención al cliente, el uniforme absorbe la valoración hecha por los viajeros y, a la vez, proyecta una imagen de calidad que marca la diferencia», sostiene la compañía pública sobre el uso y objetivo de la uniformidad de sus empleados.
Durante los últimos años, Renfe ha hecho un esfuerzo por unificar la imagen de los uniformes de todos los trabajadores que se relacionan directamente con los clientes, ya sea en los servicios de tierra o a bordo de los trenes. Este diseño único, con determinadas variables en los complementos para diferenciar servicios, ha dado como resultado una uniformidad homogénea, elegante y funcional. La renovación de las prendas del uniforme responde a criterios de calidad y representatividad buscando en todo momento una imagen impecable. Cada uno de los trabajadores será responsable de solicitar al departamento correspondiente las prendas que precise para el desarrollo de su servicio en plenas condiciones de garantizar los criterios de imagen requeridos y que le sean necesarias para mantener su imagen», mantiene Renfe en su polìtica sobre la uniformidad.
No es la primera vez que Renfe recurre a las empresas del sector. En 1988 hubo un concurso abierto para modificar sus uniformes. Galerías Preciados y El Corte Inglés se presentaron a tal concurso. Los primeros resultados mostraron una realidad: Había que dotar a Renfe de una imagen y los trabajadores debían ser los embajadores de la marca. Eliminar las formas militarizadas, diferenciarse de otros cuerpos como Metro o Correos, aportar color, modernidad en las líneas y una favorable acogida entre los clientes estaban sobre la mesa. Tras los primeros resultados se imponía la necesidad de ampliar ideas para la nueva uniformidad que fue posible gracias a dos diseñadores de renombre: Alfredo Caral para Cercanías y Jesús del Pozo para Larga Distancia.
La Unidad de Negocio de Cercanías inició su particular renovación a finales de los 90 y el inicio del 2000 cuando se modificaron los uniformes de los trabajadores. El Corte Inglés se encargó de los uniformes de invierno y Confecciones Hermoso el de verano. Con la Ley del Sector Ferroviario de 2003 y la desagregación de Renfe en Renfe Operadora y Adif en 2005, originó una nueva revisión de la uniformidad, motivada, fundamentalmente por la necesidad de incorporar la imagen corporativa de cada nueva empresa. Renfe renueva toda su imagen asociando su nombre a todos sus servicios. En los sucesivos años se buscó un diseño funcional a la vez que elegante y cómodo recurriendo a tejidos ligeros y resistentes y colores suaves y relajantes. En 2014 se publica el Manual de Uniformidad de todos aquellos trabajadores que mantenían relación directa con los clientes, ya fuera en los servicios de tierra o a bordo de los trenes ya que si la imagen de la marca es de por sí importante, la inminente liberalización del mercado de viajeros por tren hace que adquiera una relevancia especial. Dinamismo, elegancia y frescura al mismo tiempo, complementos que aportan un toque de vitalidad y fácil reconocimiento por parte de los clientes es lo que muestran los uniformes actuales.