Decimoprimer aniversario del blog. Como cada 23 de diciembre, es el día que dedico esta entrada a recrearme un poco en esta página web que, cuando nació, tan solo aspiraba a hacerse un pequeño hueco en el mundo ferroviario. Consciente de que esta pasión alcanza a miles de personas, intentaba poner un pequeño granito de arena en la divulgación de historias ferroviarias. Y nunca pensé que ese oficio diario me llevara hasta aquí.
Me permito, por tanto, felicitarme por este largo camino que he recorrido en estos últimos once años. Y me congratulo porque, el simple hecho de seguir con estes hobby, es ya de por sí todo un logro. En este mundo tan efímero de la blogosfera, la media de vida de una bitácora dicen que apenas si supera los cinco meses. Los estudios calculan que en Internet habrá 150 millones de blogs, pero que solo se mantiene el 1%. activo. ¡Cómo para no sentir satisfacción por estos once años! ¡Es todo un éxito!
Os confieso que se nota el paso del tiempo; y mucho. No tanto por el contenido del blog, más o menos parecido a los tiempos de bonanza (superaba las 2.500 lecturas diarias), sino porque en estos momentos, los impactos se han reducido considerablemente (hay quien habla de la muerte de los blogs…) Eso desanima, no os lo oculto; e incluso te hace pensar que quizá ha llegado la hora de dejarlo. La idea me ronda por la cabeza desde hace tiempo. Visto lo visto…Como decía Paul Auster «no es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor si no lo hago”. Así que me propongo mantenerme vivo otro año más. Quizá se reduzca la producción; quizá no asista a diario a esta cita. Pero si lo hago, siempre acudiré con el mismo espíritu que dio sentido a este blog. Y superar cuantos obstáculos se presenten para estar ahí, al pie del cañón.
Como os digo, desalienta ver cómo el blog pierde lectores. Y eso alienta los pensamientos negativos. Porque en definitiva, uno escribe para que le lean ¿por qué si no? Pero me estimula saber que casi mil personas reciben todos los días el contenido de mi blog porque han decidido suscribirse a Treneando. Lo uno por lo otro. Así que, vuelvo a repetirme, intentaré seguir un tiempo más y trataré de aportar otros granitos de arena.
Cada año os repito lo mismo. Treneando aspira a una de estas tres máximas: informar, explorar y entretener. Perdonad mis errores; a buen seguro que los cometo. Sed indulgentes con mis fallos. Sigo aprendiendo; e intento que otros también lo hagan. Seguro que muchas veces no seré original. Pero os prometo que intento buscar la diferencia: incidir en un matiz, un punto de vista distinto, más distante, menos entregado. Mi pasión son los trenes, las vías, los vehículos, las infraestructuras que hacen posible mover el ferrocarril. Y en ese empeño pongo todos los días parte de mi vida para acercarme un poco más a quienes me seguís.