El problema en el metro de Barcelona se enquista. Lejos de vislumbrarse una solución al conflicto que mantienen la empresa y los trabajadores desde hace meses, las posturas se radicalizan. Este jueves la asamblea de trabajadores decidía mantener la huelga los lunes no festivos; hasta la fecha, ya van ocho inicios de semana con tres paros de dos horas por turno. Pero además votaban por extender el paro a otros días señalados en rojo en el calendario de la ciudad: la Diada (11 de septiembre) y la Mercè (24 de septiembre). Y amenazan con actuar de la misma forma los días de la Champions, cuando el Barça juegue en la Ciudad Condal.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, explicaba este viernes que, desde el inicio de la huelga de los lunes, se han producido 1,4 millones de validaciones menos y un impacto económico de 546.000 euros para Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). Colau asegura que su equipo comparte la preocupación por la situación en el Metro y está «volcado» en la resolución del conflicto.
El exalcalde Xavier Trias dice que la situación laboral en el Metro es gravísima y exige al Gobierno municipal que se ponga las pilas para desencallar la situación: «Llegaremos al Mobile y todos a correr, cuando el problema no es el Mobile sino que se afecta a las personas», avisa Colau, quien replica a su predecesor en el cargo que su gobierno está tan o más preocupado por la huelga que su grupo: «Seguiremos trabajando con toda intensidad, porque las bases para el acuerdo están».
La dirección de la compañía y el comité de empresa siguen enfrascados en la negociación del convenio colectivo, para el que ya se han celebrado cerca de 70 reuniones. Parecía que el acuerdo estaba cerca, pero la decisión de la asamblea de trabajadores puede bloquear la solución. Es, en el fondo, una medida más de presión, pues la plantilla sabe bien que si algo duele en el seno de TMB, y por ende, en el consistorio, es que en jornadas clave peligre el funcionamiento del metro. Han usado la misma arma para otros días señalados en el calendario, como el Mobile World Congress, Alimentaria, el Sónar o el Barça-Madrid. En estos últimos, la amenaza llegó a hacerse realidad, con lo que también sería engañoso pensar que esta nueva advertencia no llegará a cristalizar.
Desde TMB se lamenta que en la asamblea no se haya planteado votar la propuesta que, según afirma la empresa en un comunicado, ha surgido “del trabajo conjunto de las partes con la mediación de la Generalitat”. La compañía dice que ha mantenido una actitud “flexible, dialogante y responsable”, que le ha llevado a “atender las reclamaciones de mejoras laborales de la plantilla sin hipotecar las mejoras en el servicio que reclaman los usuarios y la ciudadanía”.
La plantilla tiene previsto reunirse en asamblea tantas veces como sea necesario, incluidos los meses de verano. La dirección de TMB ha convocado al comité para el viernes, pero los representantes laborales han rechazado el ofrecimiento, puesto que tienen el mandato de no negociar nada sin la mediación de Treball. Fuentes sindicales han asegurado que la decisión se ha adoptado por amplia mayoría, y han recordado que, además de estas nuevas convocatorias, se mantiene la huelga indefinida de los lunes, por lo que Barcelona se verá abocada el 3 de julio a vivir la novena jornada de paros parciales en el metro.