ELA denuncia las condiciones laborales del museo de Azpeitia y la ‘reclusión’ de su ex-director


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El sindicato ELA ha denunciado una situación de «maltrato laboral» a los trabajadores del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia (Gipuzkoa), que ha sido puesto en conocimiento de la consejera vasca de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi. Según indica el sindicato nacionalista, entre los episodios de «maltrato» de la dirección del museo figura la reubicación del anterior responsable de la instalación «en un reducido habitáculo» construido en una dependencia «construida lejos de las oficinas del Museo». También denuncian la colocación de una cámara de vigilancia en el espacio en el que los trabajadoras de atención al cliente desarrollan su trabajo.

Según ELA la decisión de subrogar a los trabajadores de Euskotren a la Fundación del Museo del Ferrocarril «ha supuesto un evidente deterioro de las condiciones laborales de la plantilla del museo y la pérdida del prestigio que tenía cuando dependía de Euskotren». ELA ha indicado que ha informado de la situación a la consejera Ana Oregi y ha solicitado su «inmediata intervención».

La central nacionalista ha convocado una concentración el próximo jueves junto al museo para protestar por la actuación de la dirección de este equipamiento.

Según asegura el sindicato, el ex director del centro, que por decisión judicial volvió a las dependencias del museo tras ser destituido por el consejero de Transportes, pasa su jornada de trabajo en una habitáculo expresamente dispuesto por los responsables del centro. Juanjo Olaiozola desarrolla sus cometidos, que son prácticamente nulos, en unas dependencias en las que no tiene contacto con los documentos y archivos que se custodian en el museo. Y tampoco puede acceder a los vehículos de las instalaciones de Azpeitia. Pese a todo, el afectado no ha vuelto a comentar en público aspectos relativos a su situación, que rayan en el acoso laboral, para evitar su despido fulminante.

El departamento dirigido por el socialista Ernesto Gasco designó a Maitane Ostolaza, doctora en Historia y Civilización y profesora en la Universidad parisina de La Sorbona, para afrontar el futuro de la institución. El mundo ferroviario criticó duramente esta situación porque considera que Juanjo Olaizola es uno de los más destacados estudiosos del mundo del tren en nuestro país. EuskoTren decidió su despido amparándose en unas declaraciones muy críticas que el demandante hizo sobre la situación en la que le habían colocado dirigentes de Transportes y que el departamento consideró “un exceso en la libertad de expresión, causando un grave daño a la imagen pública y al prestigio del museo y de sus profesionales”. En la sentencia judicial que obligaba a su restitución al centro, el juez asegura que las declaraciones de Juanjo Olaizola, quien aseguró que se sentía acosado, estaban perfectamente amparadas y garantizado su derecho a expresarse con libertad. Durante el último año el museo ha aumentado considerablemente su plantilla y, por consiguiente, el presupuesto, aunque hasta el momento no se ha hecho pública el aumento del gasto con la nueva dirección.

6 Respuestas a “ELA denuncia las condiciones laborales del museo de Azpeitia y la ‘reclusión’ de su ex-director

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  2. Las aguas vuelven a su cauce…

  3. Carmen Molina

    Somos una sociedad hipócrita. Nos rasgamos las vestiduras defendiendo en las tribunas los derechos humanos y permitimos que personas como Juanjo que no han hecho más que trabajar por el ferrocarril histórico dejándose su vida personal en ello sean torturadas día tras día. Llamemos a cada cosa por su nombre: estar cada día en un habitáculo o despacho ocho horas, aislado laboralmente, sometido a trabajos absurdos, sin utilidad o simplemente sin trabajo, es un tortura y mina la psique del ser humano. No hace falta ir a Angola o a Afganistán. Estas cosas pasan en Azpeitia,o en pleno centro de Madrid; en una empresa pública o en una privada. Y lo tenemos al lado y no alzamos la voz para defender a nuestros compañeros, a nuestros vecinos que son maltratados cada día en jornadas de ocho horas. Eso sí, para sacar una pancarta estamos los primeros. Imagino lo que ha de estar sufriendo Juanjo y por eso, y porque le he conocido como profesional y como persona, mi cariño y apoyo incondicional. Aquí, con luz y taquígrafos. Que cesen los hostigamientos laborales y las vejaciones en los centros de trabajo y que cese, sobre todo, la hipocresía social de mirar a otro lado pensando que a mí no me ha tocado. Un fuerte abrazo, Juanjo.

  4. En efecto, somos una sociedad hipócrita.
    Cuando los «vientos» era otros, ELA, no defendió a Juanjo ni a sus compañeros como lo merecen. Fuimos los Amigos del Ferrocarril, de España y de todas partes quienes protestamos.
    Ningún sindicato se mostró beligerante en denunciar un atropello evidente.
    ¿Buscais laureles ahora? ¡Que poca vergüenza!

  5. Estimado Santiago:

    Tu afirmación no es correcta. Bien al contrario, ELA ha denunciado desde el primer momento la situación vivida en el Museo desde su conversión en Fundación.

  6. Lamento haberme equivocado.
    Rectifico pues, diciendo que me hubiese gustado mayor contundencia en la defensa de las personas y de la institución ante semejante desmán.

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