Renfe ha decidido colocar las láminas de control solar en los trenes de las series 598 y 599 de la rutas Madrid-Extremadura y Madrid-Talavera, tras los prototipos instalados a principios de verano como prueba piloto en los trenes de la línea C5 de Cercanías Madrid. Las láminas, que mejorarán la eficiencia energética del material rodante y harán así frente a las altas temperaturas en el exterior, están instaladas ya en 8 trenes de las citadas series, y Renfe prevé que a finales de septiembre ya estén en circulación los 20 convoyes laminados.
Los trabajos, que se están llevando a cabo en los talleres de Renfe en Cerro Negro (Madrid), consisten en instalar láminas oscurecidas en el exterior de los cristales de los coches consiguiendo que las ondas calóricas entren con menor intensidad dentro del tren y consiguiendo rebajar la temperatura interior. Además, el operador ferroviario ha comprobado que a mayor temperatura exterior, se consigue más bajada de la temperatura interior, ya que su funcionamiento consiste en un rechazo de la radiación solar en un 60% y una reducción de los rayos infrarrojos del 97%.
Esta iniciativa presenta varias ventajas como la mejora del confort de los viajeros durante el tiempo de viaje, la mejora del funcionamiento del aire acondicionado del tren, la reducción del consumo energético y la reducción también de las emisiones asociadas al consumo energético.
La operadora ferroviaria también ha instalando láminas de control solar en las lunas de 66 unidades de trenes de la serie 446 de la línea C5 para reducir el impacto de las altas temperaturas, ya que el recorrido de la línea se hace, en su mayoría, al aire libre y fuera de túneles. También en la C5 hay circulando una unidad que tiene pintado el techo con pintura blanca anticalórica, donde se reflejan los rayos UVA y reduce aún más la temperatura interior. En este prototipo la temperatura interior se ha reducido hasta en 10º, en relación con el exterior. La intención es instalar estas láminas en un futuro en el resto del parque de Cercanías.
Renfe persigue “mejorar la eficiencia energética del material rodante” en los meses de más calor, “teniendo en cuenta que gran parte del recorrido que realizan los trenes es en el exterior, fuera de túneles, donde las temperaturas superan los 35 grados”. Las pruebas han resultado satisfactorias por lo que la operadora cree que esta iniciativa puede llevarse a la práctica en otras unidades del parque ferroviario.