Polémica actuación en la estación de Segovia


La fachada y el interior de los edificios que conforman la vieja estación de ferrocarril de Segovia tienen los vanos cubiertos y cerradas las entradas con chapas metálicas desmontables, tras una actuación polémica del Administrador de Infraestructuras Ferrroviarias (ADIF) que ha sorprendido a las autoridades municipales. Adif justifica las obras realizadas en este inmueble por la necesidad de tomar medidas de protección “debido a las repetidas acciones vandálicas que desde hace aproximadamente dos años ha venido soportando la estación de Segovia Centro”, según explica un portavoz del gestor. Estas medidas complementan de forma adicional a otras implantadas en los últimos años, relacionadas con los accesos a los aseos.

La protección se ha basado en la instalación de chapones desmontables en las cristaleras y puertas tanto en el edificio de viajeros como del edificio contiguo en el lado Madrid, y desde Adif “consideramos que la medida ha sido efectiva desde el punto de vista de la seguridad, a la vez que se ha logrado una cierta uniformidad estética”. La entidad ha señalado que “a corto plazo” no hay previstas más obras en la estación en este sentido, ni se llevarán a cabo medidas para limitar el control de accesos.

La vieja cantina y otros de los espacios en los que se escribió esta parte de la historia de Segovia y del ferrocarril en España han quedado tapiados sin que Adif –la entidad encargada de su gestión y mantenimiento– se lo haya comunicado siquiera al Ayuntamiento. «No nos han informado de actuaciones en la estación de Renfe», apunta la concejala de Urbanismo, Clara Martín. Adif entendió necesario tomar medidas de protección adicionales que complementaran a las anteriormente implantadas (en los accesos a los aseos, por ejemplo). Durante los dos últimos meses de 2020, sus técnicos instalaron unos chapones desmontables en la mayoría de las cristaleras y puertas, tanto del edificio de viajeros como del inmueble contiguo, también muy olvidado. «Consideramos que la medida ha sido efectiva desde el punto de vista de la seguridad, a la vez que se ha logrado una cierta uniformidad estética en la medida de lo posible», han indicado esas mismas fuentes.

El sellado llevado a cabo ahora ha cogido por sorpresa a muchos. «Quizás esos espacios estaban deteriorados y eran un riesgo para las personas», exteriorizaba el portavoz de la Coordinadora Estatal por el Tren Público, Social y Sostenible, el segoviano José Luis Ordóñez, quien tampoco conocía la actuación del gestors de infraedtructuras. Pintadas por doquier, cristales rotos, paredes desconchadas y los malos olores se habían adueñado del paisaje de la estación.

El edificio, construido a finales del siglo XIX tiene pendiente la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), solicitada en 1982 y avalada por instituciones como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Real Academia de la Historia. En septiembre de 2020, la Comisión de Cultura y Turismo de las Cortes de Castilla y León aprobó por unanimidad instar a la Junta a avanzar en la declaración de la antigua estación de ferrocarril de Segovia como Bien de Interés Cultural (BIC), toda vez que el expediente se encuentra aún sin resolución. Colectivos como la Asociación de Amigos del Ferrocarril han reiterado en los últimos años la necesidad de proteger este edificio y revitalizar la línea ferroviaria convencional Segovia-Madrid. «Esta estación ‘vieja’ y la línea que aún da servicio son símbolos de la lucha para traer el progreso que protagonizaron nuestros antepasados, a la vez que fue punto de reunión cultural de personajes literarios tan importantes como Antonio Machado», reivindica desde hace tres años la Asociación Amigos del Ferrocarril Ciudad y Tierra de Segovia.

A falta de mayores certezas, es muy posible que el diseñador del edificio fuera Gumersindo Canas, a la sazón ingeniero-jefe de la sociedad en la que Miguel Muruve y Galán figuraba como director general. La marquesina y ampliación de las distintas instalaciones se acometen a principios de siglo y en 1926. Un nuevo impulso llega en 1888 a la estación de Segovia, que queda enganchada a Madrid, vía Villalba. Del viejo caserón construido en 1884 se pasó entonces, tras la ampliación acometida en 1926, a un edificio de viajeros compuesto por un cuerpo principal alargado de dos alturas, de ladrillo visto, recorrido por puertas y ventanas en forma de arcos de medio punto, en cuyas enjutas destacan tres medallones. La marquesina metálica que abriga el andén principal data de principios de siglo. En 1991 se lleva a cabo una profunda remodelación y remozamiento de la terminal. Uno de los encantos ocultos allí al público, desde hacia largos años, era el salón de autoridades o sala de recepción llamada de Alfonso XIII, que el facultativo restaurador incorporó al vestíbulo.

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