Archivo diario: diciembre 19, 2020

Adif inspeccionará 248 túneles de la red métrica

Adif ha licitado el contrato de servicios de inspecciones de túneles de la red de ancho métrico incluida en la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG), por importe de 956.503 euros y un plazo de ejecución de seis meses. Los trabajos de inspección afectan a 248 túneles de la red de ancho métrico que se encuentran situados en la cordillera Norte de la península, en las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria, Bizkaia y Castilla y León y suman 63.392 metros de longitud

El patrimonio objeto de este contrato presenta una rica variedad de tipologías estructurales y de materiales constructivos. Todos ellos se encuentran situados en la cordillera Norte de la península (33 túneles en Galicia,160 en Asturias, 18 en Cantabria, 20 en Bizkaia, y 17 en Castilla y León), aunque se han incluido en un solo lote a efectos de contratación.

El contrato especifica que se trata de inspecciones principales de los túneles, que son más exhaustivas que las revisiones básicas actualmente englobadas dentro de las actuaciones regulares de conservación y mantenimiento que lleva a cabo Adif en este tipo de infraestructuras, teniendo en cuenta que la mayoría de los túneles de la red de ancho métrico cuenta con más de un siglo de antigüedad. Estas inspecciones principales tienen como objetivo prioritario su gestión e inclusión en un Plan de Choque específico para la inspección, valoración y acondicionamiento de los diferentes elementos de la infraestructura de la red de ancho métrico.

La metodología utilizada para la inspección principal de túneles en Adif se basa en equipos de láserscan y mapeo de patologías. Este sistema de escaneado de túneles permite contar con imágenes de calidad fotográfica, termografía para imágenes infrarrojas para la detección de patologías, y levantamiento topográfico 3D, que facilita una precisión milimétrica de la superficie del túnel. Con todos estos datos, se pueden detectar las causas reales o potenciales de su degradación, y obtener los datos que permitan tomar las decisiones de acondicionamiento, refuerzo o mejora que se consideren necesarias, con vistas a mejorar las condiciones de funcionalidad de los túneles.

Según la normativa de Adif, el control de este tipo de infraestructura es algo habitual dentro de los procedimientos de mantenimiento básico. La inspección en campo se realiza de forma detallada a pie, observando a una distancia de cada elemento que permita detectar visualmente indicios de posibles defectos con el uso de medios auxiliares. Se hace en una única pasada, avanzando por el centro de la vía o por la entrevía, y revisando a medida que se avanza ambos hastiales y las zonas superior/inferior de la estructura, así como los sistemas de drenaje. El recorrido comienza por una de las embocaduras, con la inspección de los muros laterales, talud frontal y delemboquille de entrada. A continuación, el inspector recorre el túnel e inspecciona la parte superior, los laterales y la parte inferior. El recorrido continua por la embocadura de salida.

En aquellos casos donde el túnel cuente con refugios, galerías, pozos, salas técnicas o cualquier otro elemento a controlar, también se realiza una inspección visual de las mismas, recogiendo los deterioros más significativos desde el punto de vista estructural. En función de las características particulares de cada caso, el inspector adapta el recorrido de inspección en terreno, buscando la mejor observación de deterioros y minimizando el tiempo de presencia en vía. Normalmente se toman fotografías durante la inspección, de cada embocadura y otra representativa de su interior.

Los túneles representan un vasto patrimonio de la ingeniería civil, oculto a los ojos de casi todos, pero que ha permitido, junto a otros elementos, el funcionamiento de este país durante los últimos 170 años. Y si los trenes, las estaciones y, en menor medida, los puentes, se han convertido en las imágenes más evidentes del “poderío” del ferrocarril, los túneles siempre han sido ese modesto y discreto elemento ignorado por el gran público pero sin el cual no sería posible la circulación de los trenes. Miles de horas de trabajo, en gabinetes y en los tajos de obras, miles de vidas perdidas en accidentes, y millones de horas ahorradas a viajeros y cargas, nos obligan a mirar a estas obras con un mínimo de atención y respeto.