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El primer tren

Hmaquet11a pasado la noche de Reyes. A lo mejor te ha sucedido como a mí y no has obtenido ese regalo que tanto llevas esperando. Otra vez será. Aunque si tienes algo de dinero (la verdad es que es un vicio un tanto caro; las cosas claras), no necesitas esperar que nadie te regale tan preciado obsequio. Tú mismo. Así que te enfrentas a una aventura que, si te empeñas, nunca tendrá fin.

La primera decisión que debes tomar es la escala que tendrá tu maqueta (se acabaron los óvalos aburridos y monótonos). Lo más normal es que te decantas por una H0 o una N, dependiendo del sitio que tangas para este adictivo hobby. Si no tienes espacio, olvídate del asunto hasta que te quedes más solo que la una en tu casa. La edad siempre cuenta a tu favor. Cuantos más años, mejor. Tú eres un artista y no puedes dejar pasar la ocasión. Con el tiempo, comprobarás que sabes hacer muchas más cosa de las que pensabas. Así que no cometas una equivocación y decídete por una escala que te permita contribuir a mejorar tu maqueta. En los comercios(Mabar o Rocafort, por poner un ejemplo) puedes encontrar de todo, pero siempre podrás aportar tu granito de arena y contribuir a mejorar tu diorama. Pintar, modelar, decorar, serán tareas tan habituales en tu recobrado hobby que las horas del día se te pasarán volando. Y sino, al tiempo.

Una colección empieza fácil. Como te he dicho depende de lo que quieras gastarte. Hay pequeños dioramas de iniciación que sirven para empezar a colocar las piezas sobre el tablero imaginario que solo tú tienes en mente. Porque eso es lo que tienes que pensar. Hasta dónde quieres llegar, sin prisas y sin arruinarte. Todo es cuestión de tiempo. Un diorama de iniciación es bueno para habituarte a esos trabajos que debes comenzar a experimentar. Pero piensa en algo más grande. Y por qué no en digital. Aunque tampoco es necesario.

Hay programas de ordenador que te diseñan una maqueta según las características y el espacio que tú le asignes. También hay comercios donde te pueden aconsejar la mejor forma de llevar adelante tu afición. Y, por supuesto, decenas de páginas web donde otros aficionados te muestran lo que ellos han hecho. Fíjate en ellos y sacarás mucha sustancia de las lecciones que dan sin que ellos sepan realmente que están mostrando el camino a otros. También empezaron como tú. Sin idea o con muy poca.

Una noche mágica

La verdad que la noche del 5 de enero era muy muy especial. Supongo que ahora también lo será, aunque los chavales de hoy en día tienen de todo y parece que nada les hace ilusión durante mucho tiempo. Los niños de entonces (tampoco son demasiados años, no os vayáis a creer) teníamos bastantes menos cosas. Por eso, soñar con un tren eléctrico era un sueño mágico.

Mis hijos se ríen cuando les cuento que en mi niñez no había playstation, ni psp, ni gameboy, ni ds, ni ordenador…. ni casi televisión (la primera que compraron mis padres era una schneider alemana en blanco y negro cuando yo tenía unos siete años). Por eso la noche de Reyes era algo más especial y el tren eléctrico era de ensueño.

Por supuesto que lo máximo que podías conseguir era un óvalo con una locomotora y cuatro vagones (casi siempre de mercancías) en escala 0. Vueltas y más vueltas en un pequeño circuito que, al poco tiempo, volvía a la caja donde había sido embalado. Más que nada porque acababas aburrido de hacer descarrilar el convoy dándole la máxima velocidad que permitía el mando del transformador.

Nada que ver con las maquetas de tren de hoy en día. Los dioramas han dejado el simple óvalo de iniciación. Desde el primer momento, puedes montar un escenario completo donde se mueven a la vez dos o más locomotoras y, además, a velocidades distintas y por la misma vía. La digitalización de las máquinas ha permitido representar a escala el mundo del tren en cualquier escenario del planeta.

Si os queréis meter en ese mundillo pasaros por cualquier comercio especializado y contemplad cómo aquel sueño mágico de vuestra niñez se puede hacer realidad y ocupar vuestras horas de ocio. ¡Cuidado porque es adictivo!