China intenta recuperar el proyecto de tren de alta velocidad entre Sao Paulo y Río de Janeiro


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Empresas chinas intentan reactivar el proyecto de tren rápido para conectar las dos ciudades más grandes de Brasil, aplazado en reiteradas ocasiones debido a dudas sobre su viabilidad y a modelos de concesión. El proyecto para conectar el centro financiero de São Paulo con Río de Janeiro se veía como un gran paso de Brasil para entrar al club de países desarrollados cuando fue propuesto por primera vez en 2010. El plan original era tener al tren de alta velocidad listo para los Juegos Olímpicos.

El embajador de China en Brasilia explicó al presidente interino de Brasil, Michel Temer, que constructores y operadores de trenes chinos quieren participar en el mayor proyecto de infraestructura de Brasil de la historia, aplazado en reiteradas oportunidades. Temer fue invitado a viajar en el tren de alta velocidad que conecta a Shanghái y Hangzhou el próximo mes durante la cumbre del G-20, cuando discutirá el proyecto en conversaciones bilaterales con el presidente chino, Xi Jinping, dice un asesor presidencial brasileño.

«Los chinos están trabajando duro para reactivar el proyecto», comenta el asesor, que solicitó el anonimato porque no tenía autorización para hablar públicamente. «Brasil aún no está convencido, pero respalda la idea«, agregó.

Un portavoz de la embajada china en Brasilia dijo que no sabía de qué habían hablado Temer y el embajador Li Jinzhang. Li no respondió de inmediato a solicitudes de comentarios enviadas por correo electrónico y la oficina de prensa de Temer declinó formular comentarios.

En 2013, el Gobierno brasileño retrasó una licitación para el proyecto de conectar las dos ciudades brasileñas. Por tercera vez se rechazaba el plan en el que China habría puesto sus expectativas de negocio. La realización de este proyecto habría supuesto un fuerte espaldarazo a la tecnología ferroviaria asiática que aún no ha dado el salto a América.

La economía brasileña dio claros síntomas de agotamiento en 2014 y la entonces presidenta Dilma Rousseff se enfrentó a una rebelión de sus aliados en el Congreso por el proyecto considerado demasiado caro y difícil de realizar. La complejidad del proyecto era elevada. Se planteaba construir 90,9 kilómetros de túneles (un 18% del total del trayecto) y 107,8 kilómetros de puentes y viaductos para salvar los ríos y los grandes desniveles del relieve que presentan dos sierras que separan a las dos mayores metrópolis del país.

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