Archivo diario: julio 2, 2009

Filosofía en el metro de Londres

Uno pensaba que lo importante a la hora de utilizar el metro o el tren era llegar hasta el lugar del destino. Y me entero que cuado uno saca el billete, monta en el coche que le ha tocdo en suerte y se sienta (o no) esta simple acción que repetimos a a diario en nuestra rutinaria existencia tiene un aquel de componente filosófico. Al fin y al cabo la filosofía (del griego antiguo, philosophia, «amante de la sabiduría») es el estudio de ciertos problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje.

Los gestores del metro de Londres han encargado al ganador del premio Turner de Arte Contemporáneo Jeremy Deller que recopile las mejores reflexiones filosóficas para «humanizar» el en ocasiones largo y agobiante trayecto en el subterráneo. De esta forma, los pasajeros del metro podrán encontrar consuelo cuando el servicio flaquee en frases célebres de pensadores como Jean-Paul Sartre, Mahatma Ghandi o Albert Einstein, que les recordarán que lo más importante en la vida no es llegar cuanto antes a la estación de destino.

Entre el «mind the gap» (el equivalente al ‘tenga cuidado con no introducir el pie entre coche y andén’ del suburbano de Madrid) y el resto de avisos de los conductores, se podrán escuchar por megafonía citas célebres como «La vida es algo más que aumentar la velocidad»), de Gandhi, o «Un tropiezo previene una caída», del escritor británico Thomas Fuller, entre otras. Serán los propios conductores de los trenes quienes hagan los anuncios y escojan la frase adecuada a la situación. Así, por ejemplo, Deller asegura que la frase de Jean-Paul Sartre «el infierno son los otros» no debe ser usada mientras el convoy está parado en un túnel, un momento en el que convendría recordar que «un tropiezo previene la caída».

En un primer momento, la idea de Deller era sustituir los tradicionales anuncios sobre el estado de las líneas y reemplazarlos por estas «clases de filosofía», pero fue rechazada por el Servicio de Transportes, que intercalará ambos tipos de avisos. Según la responsable del proyecto, Sally Shaw, el objetivo es «mejorar la interacción» entre los usuarios y «hacer fluir los pensamientos que cada uno desarrolla durante el viaje».

Me temo que la iniciativa no será exportada a nuestros transportes metropolitanos, aunque bien pensado a lo mejor es una ocurrencia más a las que suelen recurrir nuestros estresados publicitas cuando el mensaje no acaba de calar entre la clientela. Viajo, luego existo y padezco es un aviso demasiado contundente que nos sacudan por él desde la megafonía mientras acudimos al trabajo. Pero reconozcan que da que pensar que nos quieran manejar el cerebro con estos lemas cartesianos.